La prensa reporta cada vez más la ocurrencia del suicidio de hombres, mujeres y hasta niños y adolescentes. El fenómeno corre parejo con los problemas de la criminalidad y la delincuencia. Todos tienen origen en los cambios sociales: el crecimiento de la población, el crecimiento urbano consecuencia de la emigración rural; la diversificación de la economía y los cambios en la estructura ocupacional y de los roles de hombre y mujer; el cambio de una familia extendida por una estructura nuclear en proceso de descomposición y destriangulación donde o falta el padre o la madre o ambos, unido al debilitamiento de la comunidad primaria y afectiva del vecindario, van creando un clima social caracterizado por el anonimato, la anomia y el desarraigo, de donde deviene una personalidad social anómica, vacía y sociópata, la cual frente a coyunturas críticas cae fácilmente en quiebre emocional por lo cual no encuentra más salida que el autocastigo con el suicidio. La situación es compleja y exige enfoques y soluciones no tradicionales ni rutinarias.
¡Qué se entienda!
martes, 4 de febrero de 2014
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