lunes, 3 de febrero de 2014

Coloquio Binacional

A media mañana de hoy se llenan en Jimaní, la capital de la Provincia Independencia , en el lado Este de la raya fronteriza, las oficinas del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza, la organización militar dominicana a cargo de cuidar la frontera; y ello ocurrirá, porque delegados de los gobiernos de las dos partes de la isla, vuelven a encontrarse para buscar salida a las confrontaciones habidas en tiempos recientes.

La primera sesión de estos coloquios tuvo lugar en Juana Méndez, la población haitiana que comparte el territorio colindante con la ciudad dominicana de Dajabón, a instancias del gobierno de la hermana república de Venezuela; y aunque los rumores precedentes a tal encuentro presagiaron graves desacuerdos, en realidad los funcionarios de ambos lados de la isla consiguieron encontrar más puntos de avenencia que aspectos de contrariedad, tan pronto culminó lo puramente protocolar y se abordó el marco general de la agenda a conocer.
    
De igual modo está llamada a realizarse la reunión de hoy en Jimaní, pues siendo pueblos que comparten un mismo terruño isleño, están concitados al entendimiento en vez de a la discrepancia. Por supuesto, a ambos lados de la isla existen nacionales de recalcitrantes pensamientos que entienden conveniente el surgimiento de hostilidades. Y cabe resaltarlo, ello ocurre en mayor número de individualidades en Haití, pues, al parecer, no se acostumbran a la idea de que, efectivamente, en 1844, los dominicanos se separaron de Haití, constituyendo desde entonces una República distinta.
    
No faltan quienes preconizan el mismo punto de vista en la parte oriental de la isla de Santo Domingo, pues a sabiendas de la existencia de refrenados rencores, esperan encontrar, en algún momento, a algún coronel o a algún general que quiera casarse con la gloria.
    
El mundo, sin embargo, no está para guerras y ni siquiera para discordias y por eso pudo desarrollarse el encuentro de Juana Méndez a contrapelo de las opiniones de sectores haitianos que deseaban que el tema de los controles migratorios dominicanos fuesen prioritarios y que el impulso de la diplomacia haitiana, triunfante en otras ocasiones, se impusiera en el inicio del diálogo, en particular en lo tocante a la emigración de sus naturales.

Más sobrios y lúcidos los delegados gubernamentales haitianos, en Juana Méndez llegaron a expresar reconocimiento a los soberanos atributos del Estado Dominicano para establecer contención al desbordado interés emigratorio haitiano y para delimitar el carácter de la nacionalidad dominicana y la forma de ser parte de ella.
    
En Jimaní, conforme los anuncios de autoridades dominicanas, seguirá hablándose de tan polémico tópico, aunque también, tal cual ocurrió en Juana Méndez, se conocerán aspectos del intercambio comercial, del narcotráfico, del deteriorado medioambiente, de la agropecuaria y de la seguridad.

Algunos de tales asuntos aparentan ser inocuos, y hasta insustanciales, pero son vitales para los vecinos del Oeste de la isla y debieron ser temas que la diplomacia dominicana ha podido desplegar por el interés de Haití, pero como temática de la diplomacia dominicana, en cónclaves internacionales y en cenáculos regionales, sobre todo en esos lugares en que hacen privanza de la defensa de Haití como cuestión de conveniencia publicitaria, pero que, en realidad, no cumplen a la hora de la verdad. Ante ellos, República Dominicana ha debido introducir esos asuntos, una y otra vez, con la repetición de las jaculatorias.
    
A media mañana de hoy, por tanto, delegados gubernativos de uno y otro lado de la isla se sientan en mesa de conversaciones en Jimaní y este diario espera que salga algo fructífero para los dos pueblos cuya representación ostentan esos delegados de los gobiernos isleños.
 

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