jueves, 6 de febrero de 2014

El primer policía

No vamos a negar bajo ningún punto de vista que los robos asaltos y homicidios, asesinato, están arropando el país, no hay dia en que alguien no muera o sea víctima de alguien. Desde hace algún tiempo existen en aumento los sicarios que son empleados de las muertes ordenadas. Se llegó al colmo que un día un Jefe de la Policía se extrañó porque hubo un día que no se reportó muertes. Todo esto lo podemos comprobar fácilmente, con la cantidad de denuncias que vemos en televisión y oímos por radio. Prácticamente hemos perdido la capacidad de asombro.
    
Pero creo que ante tanto desorden conductual, y la imposibilidad de que la autoridad se imponga, por diferentes motivos, tenemos que aprender que debemos ser los primeros celadores  nosotros mismos, una especie de ser el policía preventivo.
    
Vi el otro día un parroquiano de una jurisdicción religiosa, alegando en la televisión que ya eran varias las incursiones de los amigos de lo ajeno, creo que es una posible despreocupación de parte de quienes tienen a su cargo el cuidado de los elementos que ahora necesitan para sus propias actividades.
    
“Se pone candado después de lo robado”, eso les caería al dedo a estas víctimas de los sucesivos robos.
    
Que le roben a uno es algo fortuito, pero seis veces a la misma casa, ya es descuido incluso hasta sospechoso, aunque para los ladrones no hay candado, pero por lo menos tenemos la obligación de hacerles la vida más insoportable a esos rateros. Es verdad que la policía tiene obligación de hacer rondas y vigilar, prevenir el delito, pero nosotros los ciudadanos tenemos también un chin de responsabilidad de lo que nos pase, porque no podemos nunca tener un guardián para cada gente ni familia.
    
No estoy exonerando a los custodios del orden, sólo estoy diciendo que lo que no puede alcanzar por ellos, nosotros lo podemos realizar si nos unimos y organizamos en comunidades y Junta de Vecinos e iniciar por nosotros mismos  una limpieza de casa, igual que cuando vamos a mudarnos, la limpieza es previa y en ella se van ratones, cucaracha y cuanto bicho nefasto para vivir exista. Si nos ponemos a limpiar el barrio, comunidad o sector y porque no, la zona, veremos que poco a poco los malos vecinos se irán de nuestro lado porque no resistirán jamás esa limpieza, aunque sabemos que no será en la inmediatez, pero si a corto o mediano plazo. Esa limpieza esta incluso para que el policía malo se vaya, porque la organización barrial lo pondría en evidencia de sus afectos por delinquir.
    
Si ayudamos a la autoridad dedicándonos a trabajar por nuestro medio, viviremos seguros, sabiendo que podemos confiar en el vecino, amigo o en el propio policía, porque ya estarán integrados al pueblo que siempre desea vivir en paz.
Ahora bien, así como la comunidad debe auto ayudarse, no podemos dejar de exigir a las autoridades que pongan lo que tengan que poner para mantener a raya a la delincuencia, la autoridad es eclesiástica, municipal y gubernamental.

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