martes, 8 de julio de 2014

El desafío de la “convergencia”

La “convergencia” presentó el pasado fin de semana la propuesta política con la cual pretende  convencer y atraer a todos los sectores de vocación democrática que propugnan por el fortalecimiento de la institucionalidad democrática para construir una mejor Nación. Tal propósito se da en medio de la amenaza, según sus principales voceros, que significa el monopolio del poder logrado por el dominio peledeísta, partido hegemónico que ha logrado controlar todo el poder del Estado.    
    
Además de enunciar los principales ejes programáticos para un mejor país con fortalecimiento de la democracia, la “convergencia” se propone encausar la lucha para que se establezcan las condiciones que garanticen una participación electoral transparente, segura y en igualdad de condiciones, de modo que los resultados electorales reflejen lo más fiel posible la “voluntad popular”, para que de las próximas elecciones surja un gobierno creíble y confiable, además de legítimo y democráticamente elegido. Por esa razón, la “convergencia” se propone luchar por la modificación del marco legal con la aprobación de una nueva Ley Electoral y la Ley de los Partidos Políticos, al tiempo de propugnar por la modificación de los integrantes de la JCE y del TSE, dada la evidente parcialización de los actuales incumbentes a favor del partido de Gobierno. 
    
Se trata de una agenda política difícil que persigue contrarrestar a un partido oficial que ha sabido aprovechar su paso por el poder para establecer las bases materiales de su hegemónico e infinito poder, como son el haberse convertido a nivel de su cúpula y relacionados en una poderosa corporación económica integrada a los frentes oligárquicos del poder, al tiempo de haber logrado controlar todas las fuentes institucionales del poder del Estado, tal como lo indicaba la vulgata marxista sobre la teoría del Estado y como precedentemente lo hiciera el dictador Trujillo cuando se apoderó de la economía y del control total del Estado. 

Hora de convencer

Por esas razones la estrategia democrática de la “convergencia” se enfrenta no sólo al desafío de una poderosa maquinaria del partido de gobierno, sino que ha de enfatizar los elementos cualitativos de la verdadera política, en vez de las tentaciones pervertidas del clientelismo oportunista y electoralista. El énfasis en los fundamentos cualitativos de la política es imperativo para agregarle valor persuasivo a la “convergencia”, y así atraer y convencer a muchos segmentos sociales, principalmente de las clases medias, que dudan del PRDM, mayor fuerza de la “convergencia”, la cual ha sido estigmatizada por su inclinación al “caos y la ineficiencia” en función del desarrollo y el crecimiento económico de la Nación.
   
Esas debilidades heredas por la “convergencia” las obligan a realizar un gran esfuerzo cualitativo para formular y presentar un modelo de visión de país y un modelo de gestión pública, que garanticen que ahora no sólo se gobernará con eficiencia y orden, sino que se enderezará el rumbo de la Nación hacia su desarrollo, sin tanta corrupción y tanto clientelismo electorero.
¡Convencer es el gran desafío de la “Convergencia”!

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