lunes, 7 de julio de 2014

PORQUE NO VIVEN AQUÍ

Con frecuencia se observa la tranquilidad con la cual técnicos de organizaciones internacionales y los mismos organismos para los cuales laboran esos técnicos, plantean con tranquilidad asombrosa, que una reingeniería del sistema tributario debe pasar por una elevación de los impuestos existentes o la creación de otros nuevos y, como para hacerse los simpáticos, también sostienen que deben simplificarse los mecanismos de recaudación.
    
Bien se ve que no viven en la República Dominicana para sostener tales absurdos puntos de vista, pues entre los dominicanos no debe hablarse de aumento de la presión tributaria, sino de su reducción, pues entre el desequilibrio entre ingresos y egresos, el carácter regresivo de la inflación y la dependencia del tesoro público de impuestos directos, tiene el pueblo para sentirse harto y por supuesto, rechazar esos consejos que si tienen algo de bueno es que ponen a amplios sectores de la opinión pública en alerta contra toda intentona de agravar aún más la pesarosa condición en que vive la mayor parte de las gentes. Eso tienen de bueno esos consejos.
    
En vez de aumentar los tributos, el Gobierno Dominicano debe fijarse en lo que han hecho sus similares de España y de Francia en donde han reducido los niveles de los impuestos, sobre todo impuestos directos como el que se aplica a los bienes de consumo, que es verdad que se aplican a los ricos, pero es cierto que más perjudican a los pobres. Un rico adquiere ciertos bienes de consumo si no es que el antojo lo conduce a alternativas; en cambio, a un pobre le resulta ineludible adquirir los bienes, sobre todo bienes de consumo, sin los cuales no se alimenta.

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