Recientemente Participación Ciudadana se pronunció en contra de la posible liberación que ya es un hecho, del exbanquero Ramón Báez Figueroa condenado en 2007 a diez años de prisión y con toda la razón. ¿Cómo es posible que hayan puesto en libertad a un hombre que creó un desfalcó de miles de millones de pesos entre otros delitos? ¿Qué pasa con las víctimas de sus atropellos? Lo irritante y que llama poderosamente la atención es la ligereza y desfachatez de complicidad con esta liberación entre el Banco Central y el Ministerio Público.
Uno se cuestiona ¿hasta dónde llegará tanta permisividad en esta sociedad? Donde ilustres individuos roban millones, van a Najayo y a los cinco años salen para disfrutar de sus millones, enarbolando banderas de arrepentimiento y deseos fervorosos de ser ejemplos, ¿ejemplos de qué? En este país es mejor robarse millones de pesos en vez de un salami o racimo de plátano.
Para nadie es un secreto que hay presos de ese recinto que salen a la calle durante el día y van a su celda sólo a dormir. En pleno contubernio con las autoridades.
El gobierno de turno que no se ha pronunciado ni lo hará y otras organizaciones olvidan que estamos hablando del mayor caso de corrupción y desfalco que ha presenciado este país. En las cárceles dominicanas faltan muchos que pululan por las esquinas vestidos de etiqueta con esa sarcástica sonrisa que venden cada día y algunos con pretensiones de dirigir el país nuevamente. Con relación a este hecho de Ramón Báez Figueroa, no están todos los que son ni son todos los que están…
Para cambiar esta sociedad y su dañino sistema tendríamos que nacer de nuevo como país.
Escrito por: Dunia De Windt.-
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