Por por: Lady Reyes.-
No se trata de suerte... sino de esfuerzo, dedicación y entrega... se trata de perseguir nuestras metas y no desmayar hasta cosechar jugosos frutos.
Realmente la vida no es cuestión de suerte, talvez el estar en el momento y lugar indicado lo podamos atribuir a la suerte, sin embargo, de nada nos sirve que estas dos condicionantes se crucen si no estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros en cada una de las cosas que hacemos.
Debemos entender que no lo merecemos todo... todo lo contrario, que tenemos que luchar por lo que queremos y ser merecedores de los dones que el Creador ha colocado en nuestras manos.
Y entre suerte y suerte navega el deseo, ese algo poderoso y profundo que nos mueve... ese pensamiento que nos ayuda a acceder al camino de nuestro futuro e impulsa a buscar lo que nos hace feliz.
Desde hace tiempo entendí que todos queremos cosas, pero esas “cosas” nunca llegan si no empeñamos nuestras energías en buscarlas, encontrarlas y saber usarlas.
Desear algo con todas las fuerzas no basta para que se haga realidad... la magia aparece cuando a este pensamiento le ponemos acción y enfoque, y dejamos de comparar nuestros resultados con los de otros. Entender que todos somos diferentes, que buscamos diferentes cosas y tenemos diferentes resultados es regla de vida para vivir feliz y en armonía.
La felicidad del otro nunca será la felicidad nuestra... con lo que unos son felices no lo son otros... las motivaciones no son las mismas ni los intereses tampoco... En fin, tenemos que entender que somos diferentes de muchas maneras y que no podemos medir a todos con la misma vara ni permitir que nos midan de la misma forma a nosotros.
La vida es lo que es, no es más ni menos que lo que tenemos, es lo que nos rodea... Es tan solo respirar y poner en marcha los miles de deseos que conforman nuestros sueños.
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