sábado, 26 de abril de 2014

Los sujetos políticos sin ética son una amenaza para la vida en sociedad

Por

Juan Núñez Collado.--¿De qué sujetos políticos estamos  hablando aquí?

Aquí estamos hablando de alcaldes presentes y pasados, pasados presidentes, senadores y diputados presentes, que actuando de espalda a los principios y valores éticos y con un desprecio olímpico al compromiso y juramento de evitar el conflicto de intereses, se comportan como verdaderos talibanes, cuando se trata de buscar algún beneficio personal o grupal, orientado a la búsqueda del poder, no para servir sino para servirse de él.
    
Todo bautizado participa del sacerdocio de Cristo y en virtud de este sacerdocio tiene la misión y la obligación de anunciar la buena nueva y denunciar los males, vengan de donde vengan, sin temer a nada ni a nadie, porque el seguidor de Cristo debe estar dispuesto a morir por defender la verdad como contraria a la mentira y al engaño.
    
Hoy yo quiero recordar a mis amigos lectores que lo peor que puede pasar a un ser humano, hombre o mujer, es perder la conciencia de la noción del Bien y del Mal. Parece que un buen número de dominicanos ya no distinguimos entre el Bien y el Mal, toda vez que aceptamos como normal que los administradores de la “Cosa Pública” traten los bienes que a todos nos pertenecen como si fueran bienes personales, bienes adquiridos mediante el trabajo esforzado y el ahorro con sacrificios. Parece que no distinguimos entre lo anormal y lo normal, toda vez que sujetos políticos que salen desacreditados por dispendiar los recursos del Estado, se atreven a seguir aspirando como si nada hubiera pasado.
    
Si a los electores dominicanos nos queda algo de conciencia para distinguir entre el Bien y el Mal ninguna autoridad que entregó la mina de Cotuí a la Barrick Gold a cambio de nada y sin nisiquiera asegurarse de que esta empresa asumiera el compromiso ético de remediar el pasivo ambiental y no contaminar las fuentes acuíferas, no merecen volver al Poder si tuviéramos ciudadanos dignos y conscientes de que quien apoya cualquier acción pecaminosa se hace cómplice de la misma.
    
Es un deber de conciencia no apoyar a ningún sujeto político que haya fallado a su juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes. El cristiano, por su compromiso bautismal y profético, no le puede hacer el juego a los impíos a cambio de favores personales. Nuestro compromiso es con la búsqueda del Bien Común por encima de todo.
    
Recuerda que no hay mayor riqueza que la paz que brota de las buenas acciones realizadas a la luz de una conciencia recta.
   
 Los cristianos estamos celebrando el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado por su resurrección gloriosa.
    
El papa Francisco nos enseña que debemos acoger los pecadores, pero nunca pactar con los corruptos.


Juan Núñez ColladoPor Juan Núñez Collado.

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