sábado, 26 de abril de 2014

Palpabilidad de las transformaciones

El que las sociedades modifican sus estructuras laborales, culturales, vivenciales y políticas y que tales cambios afectan la composición de las comunidades intermedias, lo prueba la silente aunque perceptible metamorfosis a que se encuentra sometida un área de trabajo que bajo las características que la definieron cuatro o cinco lustros atrás, ya no puede ser identificada porque, con la sola introducción de los ordenadores o computadoras, como popularmente se las conoce, las Secretarias y las Secretarias auxiliares no lo son más en sentido general, pues pasaron a ser Asistentes Administrativas de oficinas.
    
Como singular profesión en los grupos intermedios de producción de bienes y servicios, las Secretarias no duraron mucho tiempo, pronunciado el término en género femenino, pues antes que tales y desde fines del siglo XIX, las tareas que luego fueron puestas a cargo de estas funciones, fueron propias de los estenógrafos-dactilógrafos, muy pocas veces pronunciado el término con terminación en género femenino, porque no fue sino hasta entrado el decenio de 1960, cuando los machos comenzaron a compartir primero y a ceder más adelante, tales puestos a las hembras.
    
Por el solo efecto del cambio de las maquinillas de escribir por los ordenadores, también cambió la profesión y aunque esta última es más abarcadora que su precedente, no por ello dejan de cumplirse responsabilidades similares en el ámbito físico de las áreas de administración de las entidades a cargo de crear, producir o distribuir bienes y servicios.
     
El paso de la vista por la sociedad dominicana de los siglos XVIII ó XIX no deja de mostrar unas tareas productivas, aunque en muy contadas oportunidades de gabinete, fuera de las que se llevaban a cabo en las oficinas públicas o de gobierno de la colonia, pues al margen de éstas, las demás actividades eran cumplidas entre oficios artesanales, agropecuarios (y fundamentalmente pecuarios por la existencia de los grandes hatos de crianza libre) y religiosos, a veces con cargo de las responsabilidades formativas de las nuevas generaciones.
    
Es la canalización hacia un creciente número de compradores de los bienes producidos artesanal o industrialmente, lo que despierta la presencia de los estenógrafos-dactilógrafos como necesidad imperiosa en los nuevos negocios, urgidos de establecer sus propios niveles de costos, facturación, intercambio epistolar y otros aspectos propios de las cada vez más activas formas de los grupos intermedios de producción de bienes y servicios, dentro de la sociedad humana.
    
De la misma manera en que los estenógrafos-dactilógrafos dejaron de hacer presencia en las oficinas para abrir espacio a la mujer que los desplazaba hacia otras formas de la producción de bienes o servicios, la mujer se enfrasca en estas otras metamorfosis de una misma profesión, presagio, sin duda, de otras transformaciones a las que, sin que las actuales generaciones lo sepan, se encuentra sometida la sociedad dominicana.
 

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