SANTIAGO.- El arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de Santiago calificó ayer la corrupción como un –tumor maligno- porque lleva a la muerte a un importante segmento de la sociedad que debiera vivir en condiciones más dignas.
Asimismo, al pronunciar la homilía en el Te Deum con motivo del 150 aniversario de la Restauración de la república realizado en la Catedral Santiago Apóstol, el cual contó con la presencia del presidente Danilo Medina y de su esposa Cándida Montilla de Medina, monseñor Ramón Benito De la Rosa y Carpio propugnó porque se produzca una restauración en la transparencia de la administración pública.
De la Rosa y Carpio aseguró que la forma de vida de muchos dominicanos cambiaría “si grandes sumas millonarias no fueran despilfarradas en acciones indelicadas”.
Todos sabemos-agregó- que cuanto más corrupción hay en un país más gente pobre hay en él.
En meditación la máxima autoridad de la Iglesia Católica en esta zona se refirió a la seguridad ciudadana y, en tal sentido, cree necesario.
El prelado católico observó que el miedo y el temor hacen de las calles y los hogares espacios de tensión y sobresaltos.
“Hay que restaurar el respeto por la ley y no continuar creando leyes que por desusos se transforman en letras muertas, que sólo se aplican a los más débiles y recordar que la Restauración no es sólo de un grupo, sino de todos”, subrayó.
También consideró que debe ser restaurado el ejercicio de la política para adecuarla a una realidad que exija respuestas eficaces a problemas ancestrales y reforzarla para que retorne la confianza a los líderes políticos, para que vean que la política es el bien común, porque a través de ella se puede hacer mucho más bien que desde cualquier otro espacio.
En la homilía escrita en seis páginas, monseñor De la Rosa y Carpio que hay que restaurar el optimismo y la esperanza en un futuro promisorio para el pueblo dominicano “porque somos un país con grandes reservas morales, por lo que debemos dejar atrás la indiferencia y la apatía y promovamos una gran jornada de rescate del amor al trabajo, como única garantía para alcanzar un desarrollo pleno”.
Antes del acto religioso, un batallón mixto de las Fuerzas Armadas y la Policía rindió al presidente Danilo Medina los honores militares correspondientes.
El ceremonial religioso también contó con la presencia de los ministros de las Fuerzas Armadas, de Interior y Policía, Administrativo de la Presidencia y de Obras Públicas, almirante Sigfrido Pared Pérez, José Ramón Fadul, José Ramón Peralta y Gonzalo Castillo, respectivamente.
También estuvieron presentes la gobernadora Aura Toribio, el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito; el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez; la gobernadora de esta provincia, Aura Toribio; el alcalde Gilberto Serulle, el jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, y el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, Julio César Souffront Velásquez.
Asimismo, al pronunciar la homilía en el Te Deum con motivo del 150 aniversario de la Restauración de la república realizado en la Catedral Santiago Apóstol, el cual contó con la presencia del presidente Danilo Medina y de su esposa Cándida Montilla de Medina, monseñor Ramón Benito De la Rosa y Carpio propugnó porque se produzca una restauración en la transparencia de la administración pública.
De la Rosa y Carpio aseguró que la forma de vida de muchos dominicanos cambiaría “si grandes sumas millonarias no fueran despilfarradas en acciones indelicadas”.
Todos sabemos-agregó- que cuanto más corrupción hay en un país más gente pobre hay en él.
En meditación la máxima autoridad de la Iglesia Católica en esta zona se refirió a la seguridad ciudadana y, en tal sentido, cree necesario.
El prelado católico observó que el miedo y el temor hacen de las calles y los hogares espacios de tensión y sobresaltos.
“Hay que restaurar el respeto por la ley y no continuar creando leyes que por desusos se transforman en letras muertas, que sólo se aplican a los más débiles y recordar que la Restauración no es sólo de un grupo, sino de todos”, subrayó.
También consideró que debe ser restaurado el ejercicio de la política para adecuarla a una realidad que exija respuestas eficaces a problemas ancestrales y reforzarla para que retorne la confianza a los líderes políticos, para que vean que la política es el bien común, porque a través de ella se puede hacer mucho más bien que desde cualquier otro espacio.
En la homilía escrita en seis páginas, monseñor De la Rosa y Carpio que hay que restaurar el optimismo y la esperanza en un futuro promisorio para el pueblo dominicano “porque somos un país con grandes reservas morales, por lo que debemos dejar atrás la indiferencia y la apatía y promovamos una gran jornada de rescate del amor al trabajo, como única garantía para alcanzar un desarrollo pleno”.
Antes del acto religioso, un batallón mixto de las Fuerzas Armadas y la Policía rindió al presidente Danilo Medina los honores militares correspondientes.
El ceremonial religioso también contó con la presencia de los ministros de las Fuerzas Armadas, de Interior y Policía, Administrativo de la Presidencia y de Obras Públicas, almirante Sigfrido Pared Pérez, José Ramón Fadul, José Ramón Peralta y Gonzalo Castillo, respectivamente.
También estuvieron presentes la gobernadora Aura Toribio, el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito; el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez; la gobernadora de esta provincia, Aura Toribio; el alcalde Gilberto Serulle, el jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, y el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, Julio César Souffront Velásquez.
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