El Presidente de la República , Lic. Danilo Medina, inició los trabajos de restauración de parte de la denominada Ciudad Colonial, el casco citadino de la capital dominicana, que se encuentra encerrado entre el perímetro de las murallas, parte de las cuales existen y buena parte de las que se impone seguir con la imaginación. Los trabajos se llevarán a cabo con una donación realizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a fines del año 2012.
LA INFORMACIÓN, que ofreció amplia cobertura en su edición sabatina, al inicio de esta labor, desea señalar que en la actualidad, varias grandes naciones están pasando avisos a sus ciudadanos, para que tomen precauciones especiales al visitar la República Dominicana. Tal advertencia, por supuesto, es inconveniente para el negocio de atenciones a los turistas, pues los más medrosos podrían programar viajes de recreo con preferencia por otras ofertas que no sean las que puedan recibir de parte de los dominicanos.
Se ha dicho en innúmeras ocasiones que la industria turística es elusiva, pues los visitantes, que son nómadas, eligen los destinos impulsados por razones diversas, unas veces debido a noticias recibidas de boca de otros viajeros que han retornado de un país en un año anterior; otras veces impulsados por alguna mención hecha del destino elegido en alguna publicación de un medio de comunicación social, no pocas veces atraídos por las ofertas de los agentes de viajes y también, convencidos del bienestar alcanzado en una visita anterior.
Pero de igual manera, noticias relacionadas con crímenes en calles y lugares públicos, robos y asaltos como los que se perpetran en el país por doquier, enfermedades pandémicas y epidémicas, daños causados por el consumo de alimentos dentro del “todo incluido” y otras insatisfacciones, determinan que los viajeros escojan destinos diferentes a aquellos en los cuales se les espera.
Darle una cara novedosa dentro de su antigüedad a la zona colonial de Santo Domingo, es conveniente; pero también es conveniente lograr que alcance tasa cero la criminalidad, no ya dentro del área, sino en todo el país; porque el viajero toma distancia de la criminalidad sea porque ella ocurra en las cercanías de donde se hospeda, que en lugar más alejado, pero dentro del territorio elegido para sus vacaciones.
De manera que se impone conseguir junto al remozamiento de las que son paredes y techos, calles y aceras, vencer a una criminalidad que se envalentonó en años recientes, al extremo de atentar contra la vida de oficiales activos de la escolta presidencial, contra ex oficiales retirados y por supuesto, contra los simples ciudadanos.
Pero además, conviene que no solamente se piense en las construcciones del Santo Domingo de la conquista y la colonia; conviene pensar en otras obras que ahora están siendo destruidas desde hace años y que representan el quehacer arquitectónico republicano, victoriano y arte deco en ciudades como Santiago de los Caballeros, Puerto Plata, Montecristy y San Pedro de Macorís, que actualmente están perdiéndose porque en organismos como el BID no hay un alma caritativa que piense en un financiamiento no reembolsable como éste que ahora impulsa el remozamiento de una parte de la Ciudad Colonial y tampoco hay una percepción clara entre funcionarios del gobierno, que estimen en su verdadera valía, esas obras arquitectónicas que fueron hechura de los abuelos de las actuales generaciones de dominicanos.
La presencia del Presidente Medina en el inicio de este remozamiento del Santo Domingo colonial, debe estimular a funcionarios del área del Ministerio de Estado de Turismo y de otras esferas gubernativas, a conseguir fondos para rehabilitar estas otras construcciones llamativas para visitantes extranjeros, que ahora se caen a pedazos, o se dejan caer, en varias ciudades del país.
lunes, 5 de agosto de 2013
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