El arzobispo de Santiago Ramón Benito de la Rosa y Carpio, proclamó ayer que no es partidario de la creación de una nueva Policía Nacional, sino que esa institución debe renovarse y purificarse, para que sus miembros actúen apegados a los principios éticos y morales.
Explicó que es sabido, que en todo el mundo cuando hay cabezas grandes o “pejes gordos”, a esos hay que atenderlos sin ningún miedo, porque la cuestión no está en hacer una cosa nueva, sino en que se respeten los valores, la ética, la moral.
“Yo pienso que La Policía es vieja y muchas veces cuando ha habido algún problema se ha tratado de proponer la creación de una nueva policía y la solución es que los que son buenos, porque los hay impulsen la reforma, profilaxis y sanación interna de la institución”, expresó.
De la Rosa y Carpio refirió que en el caso particular de la Iglesia ellos siempre han dicho que ésta tiene que reformarse y purificarse, como lo deben todas las instituciones, porque no se trata de hacer una iglesia nueva.
“Nosotros en la Iglesia siempre hemos afirmado eso desde el principio, tenemos que reformarnos y purificarnos, aplíquese ese mismo principio a esa institución llamada Policía Nacional”, precisó.
El representante de la Iglesia en Santiago fue cuestionado sobre el particular ante los nuevos casos que involucran a miembros de la institución en acto de delincuencia y corrupción, previo a un encuentro que sostuvo con el ministro de Administración Pública, Ramón Ventura Camejo.
Con relación a los últimos casos de suicidio de menores, que se han registrado en diferentes puntos del país, el religioso dijo que desde que él ser joven sacerdote y cuando era seminaristas, conoce que siempre se da ese fenómeno, en esa edad de la adolescencia.
Manifestó que en eso tiempo cuando específicamente las jóvenes intentaban suicidarse recibían consejo de la familia o algún consejero y lograban superar esa situación, porque se trata de adolescentes que creen que el mundo se le está cayendo encima por la falta de experiencia.
“Ahora que pasa con eso, hay una demanda del acompañamiento de la familia y de más concejeros, si hay ese tipo de suicidio el problema no es nuevo, es viejo, somos una población más grandes, por lo tanto tiene que haber más adolescentes que pasen por el ese problema”, subrayó.
En ese sentido De la Rosa y Carpio refirió que eso significa que se necesita más gente que acompañe seriamente a los adolescentes, porque además de eso no se puede negar que se comercia con esa edad y los comerciantes, no piensan en el problema, sino en su negocio.
Explicó que por esa razón a estos adolescentes hay que protegerlo de los negociantes en la edad de la adolescencia en lo que tienen que trabajar todos, la familia, el Estado y en las escuelas con los orientadores.
Explicó que es sabido, que en todo el mundo cuando hay cabezas grandes o “pejes gordos”, a esos hay que atenderlos sin ningún miedo, porque la cuestión no está en hacer una cosa nueva, sino en que se respeten los valores, la ética, la moral.
“Yo pienso que La Policía es vieja y muchas veces cuando ha habido algún problema se ha tratado de proponer la creación de una nueva policía y la solución es que los que son buenos, porque los hay impulsen la reforma, profilaxis y sanación interna de la institución”, expresó.
De la Rosa y Carpio refirió que en el caso particular de la Iglesia ellos siempre han dicho que ésta tiene que reformarse y purificarse, como lo deben todas las instituciones, porque no se trata de hacer una iglesia nueva.
“Nosotros en la Iglesia siempre hemos afirmado eso desde el principio, tenemos que reformarnos y purificarnos, aplíquese ese mismo principio a esa institución llamada Policía Nacional”, precisó.
El representante de la Iglesia en Santiago fue cuestionado sobre el particular ante los nuevos casos que involucran a miembros de la institución en acto de delincuencia y corrupción, previo a un encuentro que sostuvo con el ministro de Administración Pública, Ramón Ventura Camejo.
Con relación a los últimos casos de suicidio de menores, que se han registrado en diferentes puntos del país, el religioso dijo que desde que él ser joven sacerdote y cuando era seminaristas, conoce que siempre se da ese fenómeno, en esa edad de la adolescencia.
Manifestó que en eso tiempo cuando específicamente las jóvenes intentaban suicidarse recibían consejo de la familia o algún consejero y lograban superar esa situación, porque se trata de adolescentes que creen que el mundo se le está cayendo encima por la falta de experiencia.
“Ahora que pasa con eso, hay una demanda del acompañamiento de la familia y de más concejeros, si hay ese tipo de suicidio el problema no es nuevo, es viejo, somos una población más grandes, por lo tanto tiene que haber más adolescentes que pasen por el ese problema”, subrayó.
En ese sentido De la Rosa y Carpio refirió que eso significa que se necesita más gente que acompañe seriamente a los adolescentes, porque además de eso no se puede negar que se comercia con esa edad y los comerciantes, no piensan en el problema, sino en su negocio.
Explicó que por esa razón a estos adolescentes hay que protegerlo de los negociantes en la edad de la adolescencia en lo que tienen que trabajar todos, la familia, el Estado y en las escuelas con los orientadores.
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