viernes, 9 de agosto de 2013

Esos expedientes que duermen el sueño eterno

Escrito por: MARIEN ARISTY CAPITÁN.--
Cuando la escuché no podía creerlo. Verla exigiendo justicia y castigo para los corruptos era inusitado. ¿Cómo ella, que jamás demostró su inocencia, habla de expedientes que “parecen sumergidos en un letargo sin fin”?
Son muchas las explicaciones que debió dar la ex fiscal Josefina Juan viuda Pichardo, acusada el 23 de marzo de 1993 de soborno, chantaje, extorsión, desfalco, prevaricación, asociación de malhechores, abuso de confianza, amenaza con exigencias de sumas de dinero y usurpación de funciones y de títulos.
La denuncia contra Josefina era grave. Tanto que el 7 de abril de 1994 la jueza Olga Herrera Carbuccia la envió a un tribunal criminal. Ella no estaba en el país: se fue a Miami el 15 de septiembre de 1993, donde sería operada de un cáncer de colon y recibiría quimioterapia.
El caso rodó en los tribunales durante  1995. Ella regresó el 21 de julio de 1996, después que le levantaron un extraño impedimento de entrada,  y el 24 de julio acudió por ante el procurador de la Corte de Apelación, Cecilio Gómez Pérez. 
El 13 de noviembre de 1996  fue arrestada. Duró dos horas detenida. ¿La razón? Había sido sentenciada  a seis meses por el juez Juan María Severino, quien la condenó por difamar e injuriar al ex fiscal José Leonardo Durán. Sobre la acusación original jamás se habló. No sé qué pasó con su caso. Tal vez lo archivaron para que no dijera a qué  funcionarios (39) del gobierno de Balaguer acusaba de  corrupción y narcotráfico. Hoy ella reclama justicia contra otros. Y no debería sorprendernos: estamos en un lugar donde paleros y trujillistas son prohombres.
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