miércoles, 31 de octubre de 2012

Vientos de tormenta para Leonel fernández



La paz del ex presidente Leonel Fernández, quien llegó a asegurar después de dejar el Palacio que se encontraba “tranquilo y callado”, se ve amenazada en los últimos días –al menos públicamente– con los cuestionamientos al estado económico del país tras sus ocho años de gestión, así como con la discusión mediática sobre el plan de juicios populares a sus ejecutorias y las de sus principales colaboradores. 
A todo esto, el abogado Vinicio Castillo Semán le atribuye al procurador general, Francisco Domínguez Brito, armar una trama para sentar al ex mandatario en el “banquillo de los acusados”, al tramitar ante la Suprema Corte de Justicia una petición que abre la posibilidad de eventuales investigaciones al senador Félix Bautista, uno de los más cercanos colaboradores políticos de Fernández.
Un proceso contra el legislador ventilaría sin duda muchos procedimientos de la gestión de Fernández, como el cuestionado endeudamiento de US$132 millones con The Sun Land o las presuntas irregularidades en los financiamientos y presupuestos de las obras públicas contratadas por la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), que encabezó Bautista.
Primero fue el padre de Castillo Semán, el polémico abogado Marino Vinicio (Vincho) Castillo, director general de Ética e Integridad Gubernamental, quien cuestionó la decisión Domínguez Brito de pedir a la Suprema que revocara un auto mediante el cual el titular de la Dirección Nacional de Persecución de la Corrupción (DPCA), Hotoniel Bonilla, favoreció a Bautista con el archivo definitivo de las denuncias de supuestas malversaciones de fondos públicos incoadas por el opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Ya algunas declaraciones del presidente Danilo Medina y de los funcionarios de su gabinete cuestionan, en forma indirecta y hasta sutil, la gestión de Fernández. Cuatro días después de instalarse la nueva administración, el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, aseguró que las autoridades desconocían la situación financiera del Estado para culminar este año.
Ese mismo día, el 20 de agosto, el presidente Medina se refirió –durante un consejo de gobierno que encabezó en San Juan de la Maguana– a una parábola de dos gallegos que hallaron un maletín que creyeron lleno de dinero, pero que en realidad estaba repleto de facturas por pagar. Una abierta alusión a que recibió de su compañero de partido una administración pública atada en términos de compromisos económicos.
En ese mismo tono y dirección, la misión del Fondo Monetario Internacional que vino recientemente al país reportó una situación fiscal “que no es fácil”, según su vocero, Przemek Gajdeczka.
Medina adoptó disposiciones que dan señales de que su gestión buscaría tener mayor rigor en el manejo del gasto público que la de su antecesor. Dispuso, por ejemplo, que se supervisará directamente las compras y contrataciones del Estado y limitó el uso de tarjetas de crédito. Las anunciadas medidas de austeridad provocaron reacciones en la parcela de Fernández. Su ex vicepresidente Rafael Alburquerque salió al frente de los sectores que hablaban de un gobierno quebrado y consideró que el país terminará este año con un crecimiento de 5%.
Alburquerque dijo que en el mundo existen dos modelos económicos: el de austeridad y el de la inversión, y el primero lleva a los países al “derrotero”. También anunció su disposición a defender a Fernández en caso de que se concreten los denominados “juicios populares”.
De llevarse a cabo estas “audiencias” no serían los primeros eventos públicos para cuestionar la figura y la gestión de Fernández que, siendo presidente, recibió “El zapatazo” del sábado 7 de febrero de 2009. Decenas de jóvenes se reunieron en el Parque Enriquillo para lanzar zapatos contra fotos del mandatario y de sus seguidores, un acto reprimido por tropas de la Policía Nacional.
También en septiembre de 2006, varias organizaciones juveniles organizaron “La Otra Feria: República Dominicana desde adentro”, para repudiar la feria oficial denominada “Leonel Fernández, 10 Años de una Visión”, que montó el Gobierno con el único propósito de enaltecer la figura del gobernante.
Pero mientras el mundo político local centra su atención en su figura, Fernández parece empeñado en superar las constantes salidas al extranjero que hizo durante sus mandatos. Ahora, como presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo se ausenta del país en forma habitual para participar en eventos académicos y debates políticos, una agenda que podría verse interrumpida si tuviese que ir a la Justicia a declarar –aunque fuera como testigo– en algún proceso judicial contra Félix Bautista o cualquier otro ex integrante de su gabinete.
Ya en 2000, cuando abandonó el poder, se convirtió en el centro de una manifestación violenta que se escenificó frente al viejo edificio de Procuraduría General. El 24 de noviembre de ese año Fernández se presentó –motu proprio– ante el Ministerio Público para  “constituirse en prisión” ante el proceso por corrupción abierto en torno al Programa de Empleo Mínimo Eventual (Peme) y de Acción Barrial (Prodaba) que llevó a la cárcel a varios de sus colaboradores. De esta acción del líder peledeísta quedó para la posteridad la imagen que lo presenta postrado en una clínica, auxiliado por una mascarilla de oxígeno para respirar.
El entonces director del DPCA, Jesús Féliz Jiménez, reveló el año pasado en un programa televisivo lo sucedido cuando Fernández se presentó a la Procuraduría en aquella ocasión. “Yo le dije al Procurador Virgilio Bello Rosa: Mire, dicen que Leonel viene para acá con el Comité Político. Me dice: ‘Me he enterado de eso’. Entonces, yo le dije: ¿Él le mandó un emisario para que usted lo reciba? ‘No’. Permítame a mí bajar a recibirlo, yo lo voy a subir, déme media hora para interrogarlo y lo vamos a meter en el expediente”.
Féliz Jiménez añade en la entrevista –disponible en Youtube– que la respuesta de Bello Rosa fue tajante: “No, no te atrevas”.


Cuentas entre primeras damas
Al asumir el Despacho de la Primera Dama, Cándida (Candy) Montilla de Medina develó una tarja con el nuevo símbolo de la oficina: Dos manos abiertas y encima una familia con los colores de la bandera nacional, rojo, azul y blanco. El detalle casi podría pasar inadvertido si no se toman en cuenta los comentarios de medios de prensa que aseguraban que su antecesora, la actual vicepresidente de la República Margarita Cedeño de Fernández, cargó con el mobiliario de la oficina para Palacio.
A esto se suma que el 13 de septiembre, Cedeño de Fernández escribió en su cuenta de Twitter, dos tuits de una persona que le notificaba:
1.- “Dra. Cedeño la placa del frente de su Despacho de Primera Dama fue arrancado y tirado en el patio como chatarra” Que pena!
2.- “Por suerte me enteré del asunto y la recogí; creo que tiene un valor histórico. Está en mi oficina, pero es suya” LS. BIEN x TI!!
En respuesta, la Vicepresidenta tuiteó: “Gracias a mi compañero de trabajo con valores y principios por su acción! Tus valores hacen un mejor país. BIEN x TI!!

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