La aglomeración de personas, la colocación de sillas y mesas en las aceras, la música alta, las voces y las carcajadas de los usuarios constituyen un dolor de cabeza para quienes llegan del trabajo a la casa con la intención de dormir tranquilos y descansar.
Un recorrido por los sectores capitalinos de Gazcue, ensanche La Fe, Zona Universitaria, ensanche Quisqueya, Bella Vista, Naco, ensanche Luperón, Evaristo Morales, evidenció el desorden que constituye la operación al aire libre de esos establecimientos.
“Aveces tengo problemas para entrar a mi propia casa, porque la entrada está ocupada por los bebedores del colmadón”, afirma una vecina del ensanche La Fe, que pidió reservas de su nombre.
Algunos clientes colocan sus sillas y mesas debajo de las aceras, obstaculizando el tránsito de vehículos y exponiéndose a ser atropellados.
En ese escenario, en el mismo espacio, se concentran también las frituras, las motocicletas de los clientes, las bancas de loterías, los pica pollos, creando un ambiente infernal.
En la mayoría de los casos tienen colocadas pantallas girantes donde los clientes gozan de las transmisiones de los juegos de béisbol dominicano o de grandes ligas, cuyas jugadas producen constantes y ensordecedoras algarabías.
También los vecinos son testigos de agrias discusiones que, en la mayoría de los casos terminan en pleitos.
Esos negocios crecieron como la verdolaga y ningún sector capitaleño escapa a el desorden y la intranquilidad que produce su funcionamiento.
Es difícil encontrar en un barrio o un sector residencial de la capital que no tenga uno de esos negocios.
Los vecinos claman porque las autoridades responsables de velar por el orden público y la seguridad de los ciudadanos controlen esos negocios.
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