Por Josefina Almánzar.-Oh, Duarte!, gran Patricio, hombre ilustre cuya entrega es comparable con los grandes maestros, guías y gurús de la humanidad.
Hombre abnegado, desposeído de todo egoísmo material, desposeído de todo egocentrismo, de todo interés, de toda maldad. El hombre de las ideas, el hombre que antepone a Dios, a la Patria y a la libertad antes que nada. Que antepone los valores patrios antes que el mismo.
Hombre que se da por entero a un proyecto que hoy es República Dominicana, al ver nuestra cotidianidad me pregunto: ¿Qué piensas?, ¿qué sientes? , al ver tu Patria, al ver tus hijos e hijas, muchas veces, sin norte, sin rumbo. ¿Era esto lo que querías?, ¿fue con esto lo que soñaste?. ¿Es este país lo que ideaste en tu proyecto constitucional Duartiano? ¿Acaso empezamos mal desde el principio?. ¿Fue nuestro peor error comenzar con un presidente como Pedro Santana, con su funesto artículo 210, todavía presente, haciendo sombras en nuestras Constituciones?
Hay tantas preguntas sin responder.
En algunos momentos veo nuestra bandera y siento que sus colores se destiñen. En toda esta historia dominicana esa bandera ha visto caer a tantos hombres y mujeres valerosos que dieron sus vidas por eso que una vez llamaste Patria y Libertad, que me pregunto, si valdría la pena luchar tanto para que nos utilicen, para que no nos hagan caso, para que no nos respeten como ciudadanos y ciudadanas, para que nos ayuden a morir en el diario vivir por no tener calidad de vida.
¡Oh Duarte! Quisiera ser más optimista y decirte que ya no tenemos opresiones, que somos un pueblo libre, democrático, desarrollado y civilizado pero no es así. Hoy el grupo no es extranjero, hoy el grupo es de nuestra propia sangre, la opresión nació en nuestro propio territorio y la invasión es para destruirnos unos con otros.
A ti te recordamos a veces, para estas fechas pero en el diario vivir cuando hay que tomar decisiones de Estado que nos perjudiquen o nos beneficien como Pueblo, tú eres un simple recuerdo, una fotografía colgada a la pared con una mirada triste.
De los cuatro poderes gubernamentales que propusiste en tu proyecto Duartiano, sólo existen tres y unos con otros se benefician entres ellos, sin pensar en la ciudadanía, repartiéndose el pedazo de isla que una vez llamaste República Dominicana.
Tú, que cuando concebiste el concepto jurídico de la República Dominicana en la elaboración del artículo 6 estableciste: “ Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del Pueblo Dominicano es y será siempre existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la concibieron los fundadores de nuestra asociación política al decir DIOS, PATRIA Y LIBERTAD, REPUBLICA DOMINICANA, y fue proclamada el 27 de febrero de 1844, siendo desde luego, así entendida por todos los pueblos, cuyo pronunciamiento confirmamos y ratificamos hoy; declarando además que todo gobernante o gobernado que la contrarie, de cualquier modo que sea, se coloca ipso facto y por sí mismo fuera de la ley” ( El pensamiento de Duarte en su contexto Histórico e Ideológico, Manuel Marino Miniño Marion-Landais).
¡Oh Duarte! esta última parte ha sido violada, violentada por los “representantes del pueblo”, en sus diversas manifestaciones y funciones de manera constante y perseverante. Sin tomar en cuenta tus principios e ideales.
¡Oh Duarte! sé que no querías esto para tu Pueblo. Jamás te imaginaste que esta historia fuera tan corrupta, perversa y revestida de indiferencia pero así ha sido, por ahí andamos.¡qué pena!
La autora es Abogada y docente universitaria.
viernes, 24 de enero de 2014
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