viernes, 30 de agosto de 2013

Banco Central y el dólar


Frente al inesperado deslizamiento de la tasa de cambio, que saltó de 41 a 43 pesos por dólar en un corto período de tiempo y que atemoriza a los agentes económicos y a la población en general, el Banco Central a través de su Gobernador, Lic. Héctor Valdez Albizu, tomó un conjunto de medidas aplicables desde ayer mismo, entre las que se encuentran la elevación de las tasas de interés y la inyección al mercado de al menos 200 millones de dólares, entre otras medidas que tienen por objetivo anular los factores que están operando para elevar la prima del dólar y que pueden desencadenar la indeseable desestabilización de la preciada estabilidad macroeconómica. 
    Con esas medidas el BC espera frenar la tendencia alcista de la tasa de cambio observada en los últimos días, al tiempo de aclarar que el nerviosismo registrado en la prima del dólar, tiene su origen en una mayor demanda de la moneda extranjera y en la reducción del flujo de divisas, cuyo desequilibrio se espera corregir con el conjunto de medidas  adoptadas. Al mismo tiempo, el Gobernador del BC advierte que saldrían perdidosos aquellos sectores que, en la coyuntura, se dediquen a especular con la moneda extranjera, al tiempo de afirmar que no existen causales económicas que justifiquen una desestabilización cambiaria.
    A propósito de la situación planteada, hay que recordar que en el 2003 se pasó por el trauma de la peor crisis cambiaria que se produjera en el país asociada al fabuloso fraude bancario que estallara ese mismo año, y que fuera aprovechado por ciertos grupos organizados que intervinieron el mercado cambiario, bajo las consignas de la teoría económica de “ataque a la moneda”, realizando compras masivas de dólares que fueron sacadas del país, creando una burbuja virtual con fines principalmente políticos, que una vez alcanzados se procedió a retornar los miles de millones de dólares sacados del país lo que, junto a la estrategia aplicada por el BC restrictivas del circulante, redujo considerablemente la tasa cambiaria del dólar que de un 55% descendió a un 27%, no sin antes lanzar a la pobreza a más de un  millón y medio de dominicanos.
    Las actuales autoridades monetarias y gubernamentales conocen bien la lección y por ello esperamos que con la misma destreza demostrada, esta vez enfrenten, como lo han comenzado hacer, cualquier asomo de especulación artificial por motivos económicos o políticos, de modo que se evite anticipadamente una nueva crisis cambiaria que amenace la estabilidad macroeconómica del país.

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