viernes, 16 de agosto de 2013

RD-Haití: Ni contigo, ni sin ti


Los dos países que ocupan la isla de Santo Domingo confrontan conflictos comerciales que afectan una dinámica relación económica que el año pasado implicó un intercambio de US$1,196.8 millones y en el que los empresarios dominicanos se llevan la mayor parte. 
Haití y República Dominicana parecen liberar una guerra comercial en el pequeño espacio en que habitan, una isla, valga recordar, físicamente indivisible, de 76,192 kilómetros cuadrados, donde viven cerca de 20 millones de personas de ambos países.
En este espacio insular, el comercio formal entre ambas naciones sumó más de US$1,000 millones, según datos divulgados por el Centro de Exportaciones e Inversiones (CIE-RD). Este creciente flujo comercial llevó a Haití a representar el segundo mercado de exportación de República Dominicana, después de Estados Unidos.
Comercio en DajabónPero este flujo de divisas es casi unidireccional. Durante los años 2007 a 2011, por cada US$95 que llegaron al Oeste, al Este solo ingresaron US$5. Este desbalance comercial empeoró en 2011 para la sociedad haitiana, al solo percibir US$2, mientras que la dominicana recibió US$98.
En 2012, según cifras preliminares del CEI-RD, República Dominicana exportó hacia Hatí US$1,134,707,768 e importó US$62,112,683, para un intercambio comercial de US$1,196,820,451.
Pero en paralelo con ese flujo comercial, otra corriente unidireccional, pero de seres humanos, se dirige hacia República Dominicana en busca de los ingresos con los que sobrevivir hasta el día siguiente. Se trata de inmigrantes indocumentados de los estratos más vulnerables de la sociedad haitiana, en su mayoría iletrados, sin calificación laboral, que solo cuentan con los dones naturales de su fuerza y de su voluntad para trabajar.
De este modo, el dominicano tiene en Haití su segundo mercado en importancia, y una fuente de mano de obra que según el Banco Mundial (en su informe “Haití y República Dominicana, más que la sumas de sus partes, 2012”) “gana el 60% de lo que gana el promedio de los dominicanos”.
Aunque en el informe de la entidad multilateral se concluye que el efecto de “la inmigración haitiana sobre los salarios dominicanos es limitado” y que sobre las finanzas públicas es “relativamente bajo”, la creciente presencia de los nacionales haitianos es fuente de potenciales y peligrosos conflictos sociales. Por ejemplo, el 17 de julio pasado, varias organizaciones de Santiago realizaron una marcha para exigir la expulsión de los nacionales haitianos. “Luchemos por la nación”, “expulsemos a los haitianos”, “ellos allá y nosotros aquí, fuera del país”, eran parte de las consignas.
Vedas “unilaterales”. Antes de ese hecho, pero paralelamente, el gobierno haitiano inicia una política no declarada de vedar productos dominicanos hacia ese mercado, basado en parte en argumentos fitosanitarios no comprobados. En julio de 2012 impone restricciones al comercio del salami dominicano. En junio de 2013, aprovechando el contexto en el que el país libraba una batalla contra la gripe A1N1 (nada que ver con la gripe aviar, de la cual el territorio dominicano ha sido declarado libre), las autoridades haitianas imponen otra veda, esta vez contra los pollos y los huevos.
Pese a representar estos productos apenas el 1.4% del comercio con Haití, como retaliación, entre las repuestas locales se escuchó el reclamo al presidente Danilo Medina de “cierre esa vaina que llaman frontera” hecho por el diputado del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Francisco Matos.
La siguiente veda fue en el mes de julio, esa vez a los productos plásticos dominicanos. En esa ocasión, el embajador haitiano en República Dominicana, Fritz Cineas, declaró a la prensa local que Haití, “quiere proteger su medio ambiente, ya que los plásticos de República Dominicana no son biodegradables”.
Además, sobre la veda a los pollos y los huevos, argumentó que Haití seguirá comprando a República Dominicana, “porque nos sale más barato; pero si no tomamos las medidas, el comercio informal será superior al 40%”.  De este modo alegó que la justificación de la medida es diferente a la originalmente alegada, pues asegura que lo que se busca es cobrar impuestos por unos US$300 millones al comercio informal en la frontera.
FRONTERA - 04Pero no hay nada claro sobre los sectores que se mueven detrás de las vedas en Haití, un país que se muestra de repente como totalmente desconocido para los sectores gubernamentales y empresariales de República Dominicana, y mucho más para la sociedad en general.
Edwin Paraison, excónsul general de Haití en República Dominicana, se refirió a algo que es evidente en los estantes de los supermercados dominicanos. “Ha habido una queja sistemática del sector privado haitiano de que sus productos han tenido serias dificultades para pasar al mercado dominicano”.
El exfuncionario haitiano, muy conocedor de la realidad de ambos países, menciona en particular la ausencia de los siguientes productos, en un país donde residen cientos de miles de haitianos, que por nostalgia deberían comprarlos: ron Barbancourt, cerveza Prestige y energizante El Toro, este último se vende en Estados Unidos y en República Dominicana ha enfrentado problemas, pese a que “es un producto que ha sido distribuido en los colmados dominicanos”.
Frente a todas estas vedas, el sector empresarial dominicano reclama sentar al gobierno haitiano en el banquillo de los acusados de la Organización Mundial del Comercio. Además, el Canciller Carlos Morales Troncoso pidió a la jefa de la delegación de la Unión Europea (UE), Irene Horejs, que intervenga ante el gobierno haitiano. Ambos países son signatarios del Acuerdo de Asociación Económica (EPA), firmado con la UE. Este acuerdo incluye compromisos vinculantes entre las partes como el de la “nación más favorecida”, y con mecanismos administrativos y de solución de controversias.
Haití: nación “menos” favorecida. Sin embargo, ante la OMC o la UE, el gobierno haitiano puede alegar que República Dominicana incumple con sus compromisos, como no permitir el tratamiento arancelario de la nación más favorecida, “porque ningún producto haitiano entra aquí”, explica el economista Pavel Isa Contreras.
“La nación más favorecida” consiste en una cláusula que se incluye en los acuerdos comerciales (como el EPA) y que establece que las condiciones más favorables de acceso al mercado que se hayan concedido a un país, también deben otorgarse automáticamente a todos los demás participantes en el acuerdo.
El economista cuenta que conoce de casos en los que el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (CESFRONT) se incauta hasta una caja de cerveza Prestige transportado en un baúl de un carro, al ingresar al territorio dominicano.
“Hay demasiados abusos, a los haitianos no los están dejando pasar ni con una naranja, les están quitando todo”, se quejaba un comerciante dominicano del mercado binacional de Dajabón, mientras los militares del CESFRONT le quitaban las mercancías a los comerciantes haitianos.
Hay sentimientos generalizados. “Una buena parte de la población dominicana ve a Haití con desprecio, y de allá para acá, nos ven a nosotros como verdugos y maltratadores”, considera Isa Contreras. “Eso contribuye a generar un ambiente difícil para negociar”, agrega.
Mientras tanto, la presidente de la Asociación de Industria de la República Dominicana, Ligia Bonetti, afirma que “la Cancillería ha estado en ese proceso (de negociar), pero si no se encuentra un homólogo para hablar o negociar, es difícil”.
Otra fuente ha confirmado la preocupación de las autoridades diplomáticas, en particular, las del lado dominicano de la Comisión Mixta Bilateral, “por la envergadura del esfuerzo que hay que hacer para ordenar las relaciones económicas de los dos países”.
El problema principal es que en Haití no existe un interlocutor definido y con el poder de sentarse a negociar con la parte dominicana, pese a existir un gobierno electo.
El pasado 21 de julio la Cancillería distribuyó un comunicado en el que el director ejecutivo de la Comisión Mixta Bilateral Domínico-Haitiana, Roberto Martínez Villanueva, exigía al vecino país que cumpliera los acuerdos firmados en marzo de 2012.
“Nosotros hemos cumplido con nuestras obligaciones contraídas no sólo frente a nuestra población, incluyendo al sector productivo dominicano, sino por igual con la comunidad internacional que respalda la concreción de programas estables de cooperación. Por eso exigimos que Haití reconozca este espacio de diálogo institucional”, señaló.
Una carta incómoda. El 17 de julio, el periódico haitiano Le Nouvelliste publicó una carta del Foro Económico del Sector Privado de Haití, en la que se apoya al Gobierno de ese país por las medidas tomadas para vedar productos dominicanos.
Ese foro equivale al Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) en República Dominicana. O sea, es la máxima cúpula empresarial. Aunque en su carta aboga por la negociación de “un acuerdo con la parte dominicana que contemple la realización del comercio bilateral sobre bases de respeto mutuo y justo”, también acusa a República Dominicana de graves prácticas comerciales, y llama la atención sobre el “el carácter desigual del comercio bilateral”.
El empresariado haitiano responsabiliza a República Dominicana de “prácticas sistemáticas de dumping que provocan graves daños a los sectores nacionales productivos” de Haití;  de impulsar una “campaña de desprestigio emprendida contra algunos productos haitianos” y de aplicar “licencias automáticas o no que crean barreras innecesarias para la comercialización de productos haitianos en el mercado dominicano”.
También, de intercambios “abusivos y depredadores”; de comercializar productos que implican “riesgo de contaminación” para la población haitiana, y de mantener un “comercio anárquico inducido por los intercambios comerciales registrados en los mercados binacionales (…) que funcionan en un sentido único con ventaja para los productos de Dominicana”.
Así están los ánimos.
Mientras, sus homólogos dominicanos agrupados en el CONEP consideran que “la situación de Haití puede afectar en los próximos cincuenta años no solo al CONEP, sino al país”. “Tenemos que ser más enérgico como país para defender los intereses de la República Dominicana”, declaró su presidente, Manuel Diez Cabral.
El informe del Banco Mundial revela que en 1960 República Dominicana y Haití tenían un producto interno bruto (PIB) per cápita similar. Sin embargo, desde entonces, el PIB de República Dominicana aumentó en 5% anual, “la mayor tasa de crecimiento de América Latina”, lo que permitió que el ingreso per cápita se cuadruplicara. Pero en Haití, por causa de su constante inestabilidad política, el PIB apenas creció a una tasa anual de sólo el 1% en el mismo tiempo, “la menor de América Latina”, lo que llevó a que el ingreso nacional por habitante se redujera a la mitad. Esto significa que, como promedio, los haitianos son dos veces más pobres que hace 53 años, mientras que los dominicanos son cuatro veces más ricos.
En esta incipiente guerra comercial, de prolongarse, ambas naciones pueden ser seriamente afectadas. República Dominicana, porque tiene mucho más que perder: su segundo mercado de exportación. Pero los haitianos podrían tener que pagar más caro por productos agropecuarios de otros países más lejanos.

De bancos comerciales, cervezas y ron 

La desigualdad comercial entre República Dominicana y Haití tiene diferentes manifestaciones. Un paseo por Puerto Príncipe le permitirá observar al visitante la presencia de anuncios de cerveza Presidente en sus calles. La bebida se expende en supermercados y restaurantes. Pocos dominicanos, sin embargo, sabrían que existe una cerveza haitiana, tipo “lager”, acreedora de reconocimientos internacionales, llamada Prestige. La espumeante bebida haitiana no se ve en territorio dominicano, pese a la existencia de una población de emigrantes de ese país de alrededor medio millón de haitianos, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
El hecho resulta llamativo para los que están familiarizados con ambos países, por lo que algunos no mostraron sorpresa cuando el embajador de Haití, Fritz Cineas, resaltó recientemente la desigualdad en la balanza comercial entre ambos países. “Las exportaciones de República Dominicana hacia Haití reportan unos US$2 mil millones anuales frente a los US$100 millones que Haití despacha al país”.
Puso como ejemplo productos como la cerveza, el ron y la mantequilla de maní de fabricación haitiana, los cuales se comercializan sin problemas en Holanda y la Florida, pero no pueden entrar a territorio dominicano por una serie de trabas y “molestias impuestas en la frontera”, según declaró a El Caribe, el pasado 24 de julio.
En ese mismo tono se expresó Norma Powell, del Consejo directivo de la Brasserie Nationale de Haití (Branha) y presidenta de la influyente Asociación de Industrias haitiana. Afirma que tanto para el ron Barbancourt, como para la cerveza Prestige, “existen trabas no arancelarias”. Así respondió escuetamente a La Lupa Sin Trabas, quien la contactó recientemente.
Prestige es la cerveza más vendida de Haití; se estima que tiene una cuota de 98% del mercado. La cervecería fue creada en 1973 por Michael Madsen, quien murió en 2007. La Heineiken había adquirido el 22.5% de sus acciones en los años 80, pero en diciembre de 2012 adquirió el 95%. Branha cuenta con licencia para vender otras marcas, como la irlandesa Guiness.
Consultados por La Lupa Sin Trabas, la Asociación Dominicana de Fabricantes de Cerveza (ADOFACE) aseguró que el sector cervecero dominicano se ha caracterizado por ser respetuoso de todas las leyes dominicanas, los acuerdos de libre comercio firmados por el país y todo el ordenamiento jurídico internacional.
Exhortó a los gobiernos dominicano y haitiano “a investigar, establecer responsabilidades y corregir, si fuese comprobada, la situación denunciada, ya que de estar sucediendo, no se corresponde con el respeto al intercambio comercial que, cumpliendo con todos los requisitos legales y fiscales de lugar, debe darse con total libertad y respeto entre ambos países”.
ADOFACE destacó que, como sector, mantiene relaciones armoniosas con la empresa cervecera de Haití, con la que hacen causa común en foros internacionales de la cual ambos países forman parte, como la Caribbean Brewers Association y la Master Brewers Association of the Americas. “Apreciamos y respetamos la calidad de los productos cerveceros haitianos”, dijo en un comunicado la entidad.
Por su parte, la Cervecería Nacional Dominicana (CND) se desligó de los obstáculos a la comercialización de (Prestige), la cerveza haitiana.
“El mercado de la República Dominicana siempre ha estado abierto a la importación de cervezas. Corresponde a las instancias gubernamentales el exigir el cumplimiento de las regulaciones aplicables a este tipo de productos (fiscales y sanitarias, entre otras) y las que autorizan o no su comercialización en el país. Sólo basta acudir a un supermercado o centro de expendio para poder apreciar la diversidad de cervezas, de cualquier origen, que se venden en el mercado local. CND, como política, siempre ha defendido la libertad de empresa y la libre competencia en éste y en todos los mercados donde produce y comercializa sus productos”.
Las cervezas que mayor presencia tienen en el mercado de República Dominicana pertenecen al portafolio de la CND, adquirida el año pasado por AmBev, propietaria del 51% de sus acciones. Éstas son Brahma, Stella Artois, Budweiser, Corona, Brisa, la malta Lowenbrau, Miller, Miller 64, Presidente Light, Bohemia, The One, Hairoun, Wadadli, Kubuli,  Malta Morena, Ultra Malt Plus,  y el ron Barceló. El ron Barceló, en todas sus variedades, también es mercadeado por CND.
La Lupa Sin Trabas consultó a la Asociación Dominicana de Productores de Ron, pero rehusaron responder.
Otro de los “ruidos” en las relaciones comerciales entre República Dominicana y Haití provendría del sector financiero. Un banco estatal y dos privados se dice que intentaron establecer sucursales o hacer negocios en Haití.
Entre ellos, el que más habría avanzado en el intento habría sido el estatal Banco de Reservas, a través de su entonces administrador, Vicente Bengoa, quien habría sostenido reuniones con el director del Banco Central de Haití y altos cargos del área financiera. La respuesta fue el silencio, según relatan fuentes cercanas al exadministrador.
José Manuel López Valdez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Comerciales de la República Dominicana (ABA), expresó que esa institución no tiene una posición “que represente la visión de nuestra membresía” respecto a las dificultades para instalar sucursales bancarias en Haití.
Informó, sin embargo, que “como gremio bancario participamos en el pasado –por invitación– en reuniones de la Comisión Mixta Bilateral, pero hace mucho tiempo que éstas no se producen o, al menos, no hemos recibido nuevas convocatorias y es en ese espacio donde probablemente deberían surgir posiciones (de ambas partes)”. Mientras tanto, en el sector bancario, como en estos renglones de las relaciones bilaterales, la situación sigue en suspenso.


Ligia Bonetti, presidente de la Asociación de Industria de la República Dominicana.
Ligia Bonetti (5) 
Parece una guerra comercial entre República Dominicana y Haití. ¿Cómo lo interpretan ustedes?
Vemos con preocupación el manejo de Haití y República Dominicana sobre los mercados binacionales. Nosotros estaríamos de acuerdo con la formalización. Ahora bien, el año pasado vimos la veda del salami. Si bien fue supuestamente motivada por la situación del salami en República Dominicana. Pero a pesar de aclararse, Haití siguió con su veda, y todavía existe impedimento. El país no estaba pasando por una crisis de contaminación de nuestros pollos y de nuestros huevos, sin embargo, tomaron la decisión unilateral de vedarlos, sin ningún tipo de comunicación. Después vedaron los productos plásticos. La mayor parte de las industrias formales de productos plásticos de República Dominicana cumplen con las normativas internacionales de medio ambiente. Las mismas empresas que exportan hacia Haití, también  exportan a 16 paísesde Europa, a Canadá,  a Estados Unidos, a México, a dos países de África, a 11 de Asia, a 24 del Caribe, a 6 de Centroamérica y a 8 de Suramérica. Desde enero a abril de 2013, las exportaciones de esos productos fueron por 88 millones de dólares. Debido a que en Haití, hace más de un año, pusieron una normativa más firme que el estándar mundial de preservación del medio ambiente, entonces desde el año pasado los productos plásticos dominicanos que van hacia Haití incluyen el aditamento “oxo”, que solo es requerido por el Estado haitiano, y que garantiza justamente la biodegradabilidad de los plásticos.
Sin embargo, tenemos confirmación de que en Haití ni siquiera hay laboratorios para confirmar si estos productos plásticos no son biodegradables o no tienen ese aditamento. Exhortamos al gobierno haitiano a que proceda a tomar las muestras y que las envíe a los laboratorios.
¿Quiénes  presionan por las vedas en Haití?
Se habla mucho de eso. Vimos el comunicado que hicieron los empresarios haitianos, y ese comunicado responde a intereses, no cabe la menor duda. Sin embargo, nosotros entendemos que nadie está por encima de lo que son las normativas internacionales del comercio. Por eso hablamos sobre la intervención, quizás, de la OMC.
¿Han identificado ustedes a esos intereses?
No, pero sí hemos señalado que tan pronto hubo la veda en los pollos y los huevos, se duplicaron los precios en el mercado de ese país. El haitiano es el principal perjudicado con esta política. Es verdad, la industria dominicana también se afecta con una veda a los pollos y los huevos, porque hay que encontrar salida a esos productos.
¿Y qué pasa con el ron y la cerveza haitianos? 
Ellos tienen sus alegatos tanto sobre la cerveza como el ron. Aquí han entrado esos productos, en realidad…
Pero es obvio que no se ven en los estantes de los supermercados.
Pero es un tema de consumidor, no es un tema de veda. Solo hay que ir a un supermercado para ver productos de todos los países. República Dominicana no tiene una veda para los productos haitianos. Para eso, en marzo del año pasado, el Presidente firmó un acuerdo de cooperación de comercialización con el gobierno haitiano.
¿Es vinculante?
No es un acuerdo de libre comercio, sino de caballeros. Hace un mes, el presidente Medina tuvo una visita de una delegación, no solo de su gabinete, sino de empresarios, donde también se acordó crear las condiciones para mejorar el comercio y las inversiones en ambos países. Sin embargo, al día siguiente del presidente Medina regresar del viaje, se puso la veda a los pollos y los huevos. Subsiguientemente a esa veda, se trasladó a Haití una delegación del Ministerio de Industria y Comercio, encabezada por el ministro, y la respuesta ha sido que no se ha cumplido la mayor parte de los acuerdos, y ahora la veda del plástico. Tenemos información de que vienen más vedas; los materiales de construcción son los próximos.
Hay un comercio muy desigual que favorece a República Dominicana.
Pero nosotros tenemos una balanza de pago deficitaria con Centroamérica y no les estamos vedando sus productos.
¿Y si intentan desarrollar sus sectores productivos?
Ellos pueden desarrollar sus sectores productivos sin hacer este tipo de acciones. El déficit comercial con Centroamérica es de 7 a uno. Es un déficit total. Sin embargo, nosotros no hacemos ese tipo de práctica de comercio, de poner vedas, de obstáculos y barreras no arancelarias.
¿Por qué aún no existe un tratado de libre comercio con Haití?
Haití es un país pobre y después del terremoto todavía lo es más, lo cual ha hecho que sea imposible desarrollar políticas a largo plazos que no sean las coyunturales. Pero ahora que tienen su presidente, y que ya se están organizando, creo que hay intereses que están moviendo las prioridades de las políticas que se están aprobando, y dentro de esos intereses, obviamente, están los de reestablecer el sector productivo.
¿Y qué piensa usted sobre ese acuerdo?
Yo creo que República Dominicana y Haití son socios comerciales naturales. Somos los más cercanos, ambas naciones podemos beneficiarnos de eso. Nosotros estamos de acuerdo con eso. No hay ninguna razón para que no podamos firmar un acuerdo de libre comercio con Haití. Creo que la Cancillería ha estado en ese proceso, pero si no se encuentra un homólogo para hablar o negociar, es difícil.
¿No hay homólogo?
Tengo entendido, por la información que nos dio la Comisión Bilateral y el mismo señor Martínez Villanueva, que ya están en un proceso de diálogo. Ellos mismos entienden que están en una mejor posición de diálogo que antes. El problema es que estas vedas están creando una situación difícil para República Dominicana, y tenemos información de que van a continuar.
Además de los materiales de construcción, ¿qué otro producto temen que sea vedado?
No quiero entrar en mucha especulación, pero es en el ramo de los comestibles. Aceite, por ejemplo.


“Las cartas sobre la mesa”

A menos que sea un buen jugador de póker, y este aplicando la táctica del farol, al ministro de Comercio e Industria haitiano, Wilson Laleau, no le preocupa que República Dominicana denuncie a su país ante la OMC.  “Al contrario,  eso nos permitirá poner las cartas sobre la mesa en cuanto a ciertos conflictos con nuestros vecinos”, declaró.
Según Le Nouvelliste, el ministro critica que República Dominicana intenta mantener su predominio en las relaciones comerciales con Haití –“el comercio no se lleva a cabo como en otros lugares”–,  y advierte que si la economía haitiana colapsa, eso  también será perjudicial para a la dominicana.
Además,  reitera el argumento haitiano para justificar la veda: que en República Dominicana existe el virus H5N2 de la gripe aviar, y que sus plásticos contaminan el medio ambiente.

0 comentarios:

Publicar un comentario