Como ser un buen padre

Venecia Joaquín-

Compraba en el supermercado, cuando me detuvieron dos señoras para obsequiarme una revista cuyo tema principal era “como ser un buen padre”. Para motivarme a leerla,  se remontaron a la Biblia, me hablaron de Jesucristo, los evangelios, Mateo, Pablo, etc.., hasta que decidieron terminar la prédica y entregarme el material. Les prometí leerlo y así lo hice.
    
La verdad que nunca me había detenido a pensar en las cualidades que debe tener un hombre para ser considerado un buen padre. Por una de esas jugadas del destino, me tocó guiar prácticamente sola la formación de mis hijos. Jamás  se me ocurrió ocupar el lugar de su padre y menos  pensar en que podíamos tener diferencias en el enfoque para educarlos. Amamos nuestros hijos, por tanto, sabía que cada quien desde su escenario, apoyaría siempre lo mejor para ellos.
    
Obviamente que cuando los padres están separados, pueden surgir dificultades en el proceso de formación de los hijos, si no hay acuerdos en las metas, principios, métodos y  prioridades, para educar. También depende de la conducta responsable del padre.                 
Es increíble, pero algunos olvidan completamente su rol. A otros se les dificulta actuar porque la madre, le dificulta o bloquea la tarea. Bueno, la revista dice que para ser buen padre, hay cinco aspectos  básicos que deben seguirse. El primero es sacar tiempo para la familia. Que se entienda que  es más importante que el trabajo, amigos, aficiones.

Aconsejan saber comunicarse con los hijos. Deben escucharlos calmadamente, como quien tiene todo el tiempo para hacerlo. Que sientan que lo que dicen es de mucho interés y responderle adecuadamente. Esta comunicación  debe comenzar cuando esta en el vientre de la madre, escuchando los latidos de su corazón, pataditas, etc., hablándole.            

Afirman que al disciplinarlos, deben hacerlos sentir que los aman y confían en ellos. Disciplinar es aconsejar, corregir, educar.             

Nada de enfatizar que está decepcionado o enfadado. Elogiarlo es efectivo, eleva la autoestima y es un incentivo para hacer lo correcto. De ahí la importancia de destacar lo positivo.
    
También dicen que una de las mejores lecciones que un padre da a los hijos es respetar su esposa o compañera. Ayudarla, ser gentil hasta en los momentos de tomar la más difícil decisión. Eso le proporciona a los hijos, un ambiente agradable para crecer. 

Afirman con vehemencia, que el más hermoso y valioso legado que le puede dejar un padre a sus hijos es que amen a Dios. Que crean en Dios y confíen en el por encima de todo. Es Todopoderoso. Enseñarlo a tener una relación íntima con el Padre Celestial, le proporciona seguridad y paz espiritual. Nunca se sentirán solos. Aseguran que si se aplican estos principios, el resultado es ser un buen padre.
    
Me gustó esta lectura. Estoy de acuerdo con estos planteamientos. Se centra en comunicarse y cuidar el alma de los hijos. Hay padres que son buenos suplidores de cosas materiales como si esa fuera la única necesidad a satisfacer y se olvidan de dar afectos, enseñar lecciones para el diario vivir. Se concentran tanto en la envoltura que dañan el contenido. Otros ¡los sueltan en banda!, olvidan que son sus hijos,  empujándolos quien sabe hacia donde. Afortunadamente, son más los que  se empeñan en cuidar su cuerpo y alma, dejando huellas positivas en su mente, formando personas  de bien.
    
Esta revista hace un llamado, ¡Despertad! a cuidar el alma de los hijos, no solo con teorías sino enseñando con la practica. De esta manera, no importa en el país o escenario donde se encuentren, aplicaran los principios morales aprendidos, en todas las acciones de su vida. Es el tesoro mas valioso que se les da a los hijos, lo llevan por doquier y nadie se lo puede quitar. Además, son un instrumento estupendo para detectar corrientes negativas. En el momento de tomar decisiones, todo lo que se aparte de esos valores, debe revisarse.