A 52 años de la dictadura

El próximo 30 de mayo se cumplen 52 años de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina a manos de conjurados civiles y militares quienes con su acción precipitaron el final de una dictadura de más de treinta años. Hacía tiempo que las bases de las estructuras de sustentación del régimen eran minadas por movimientos clandestinos de oposición integrados por jóvenes conscientes de la necesidad de cambiar el estado de cosas del país. 

Para la época la geopolítica de la importante zona del Caribe había cambiado de tono con el triunfo de la revolución cubana y el discurso de Fidel Castro que introdujo el pensamiento marxista en el ámbito latinoamericano de la lucha por el poder como instrumento ideológico a ser utilizado  abiertamente contra el capitalismo. 

EUA reaccionó a su vez retirando su apoyo a las tradicionales dictaduras latinoamericanas, entre ellas la de Trujillo, con la estrategia de evitar otras revoluciones del mismo jaez en el área. En el interior de nuestro país arreció la represión criminal del sistema contra los grupos disidentes y contra todo lo que parecía oposición al régimen. 

El 14 de Junio del año 1959 una pléyade de patriotas dominicanos exiliados y extranjeros comprometidos con la lucha libertaria en Latinoamérica desembarcaron con armas de guerra en las playas dominicanas ascendiendo a sus montañas para derrocar la dictadura. La empresa libertaria fracasó militarmente pero desencadenó el inevitable proceso final de la dictadura del sátrapa caribeño. Del seno de un movimiento revolucionario fundado a la memoria de los mártires  de la invasión de Maimón, Constanza y Estero Hondo surgió uno de los más carismáticos y preparados líderes del quehacer político de aquel entonces, Manuel Tavárez Justo-Manolo- esposo de Minerva Mirabal, activista opositora al tirano, luego asesinada junto a sus hermanas Patria y María Teresa.    

 El movimiento 14 de Junio tomó la bandera de lucha de los caídos del 1959 comprometiéndose a llevar a cabo la misión inconclusa.         

Asediado exteriormente por EUA y los países miembros de la OEA, enemigo de Fidel Castro, sujeto único a ser eliminado del poder por los numerosos movimientos y grupos de oposición al interior del país, Trujillo estaba acorralado. Con su vasta experiencia en el poder, conocedor de las urdimbres políticas, él presintió su final. La noche del 30 de Mayo del año 1961 cayó abatido por las balas de los conjurados; entre ellos estaban algunos de sus más íntimos servidores.           

  Desaparecido el dictador, colapsó la dictadura y una lucha por el poder se desató entre los sectores remanentes de la dictadura, las clases media y alta y los grupos y movimientos de la oposición.                 

El gobierno provisional franqueó la entrada al país al PRD, organización política fundada por dominicanos en el exterior. Fueron convocadas elecciones para Diciembre del año 1962.                 

El PRD salió victorioso y el Profesor Juan Bosch tomó juramento como presidente de la República Dominicana. Un futuro promisorio esperaba al país bajo la presidencia de un hombre que fundamentaba sus acciones políticas en los principios de la democracia participativa, el respeto a la dignidad humana, las libertades públicas y la lucha contra la pobreza, la falta de educación y la marginalidad social.             

Apenas duró siete meses gobernando, un golpe de Estado brutal destruyó la esperanza, las fuerzas contrarias al desarrollo económico, social y político del pueblo dominicano, clausuraron el porvenir.                

 A dos meses de aquella insensatez, el 28 de Noviembre del año 1963 Manolo Tavárez Justo, el carismático y apuesto líder del movimiento 14 de Junio, instado por íntimos compañeros a tomar las armas en momento tan desfavorable, abandonó la multitud que le adoraba y con un puñado de juventud irrepetible se alzaron solitarios hacia “las escarpadas montañas de Quisqueya” donde ofrendaron sus vidas en holocausto a la patria.