miércoles, 29 de mayo de 2013

Violencia incontrolable


La prensa recoge una ola de violencia y hechos delictivos que alarman, al tiempo que elevan el clima de inseguridad ciudadana a niveles insoportables. La jornada de ayer particularmente trajo un conjunto de hechos de sangre y de atracos realmente espeluznantes: “balacera en colmados deja cuatro muertos; tres mujeres matan maridos; muere niña baleada por feminicida; riña deja dos muertos en Villa González; asaltan esposa de Cuquín; y atracan y hieren a Margaro”, entre otros hechos criminales y violentos.
    
Ese nivel de descomposición traducido en inseguridad colectiva viene desde hace un tiempo, pero ha de llamar la atención que la misma se recrudece pese a la popularidad de la actual gestión de gobierno y pese a que el mismo gobierno ha anunciado un Plan Nacional de Seguridad dirigido a combatir la criminalidad y la delincuencia y devolver la tranquilidad a la familia dominicana. Las buenas noticias que anuncian millonarios recurso para incentivar la inversión y dinamizar la economía, parecen ser indiferentes a la conducta agresiva y desafiante de muchos que no parecen albergar temor alguno frente al castigo de la Ley.
    
La situación debe llamar la atención de las autoridades para que reflexionen;  reflexionen sobre el enfoque utilizado hasta ahora muy limitado que no parece entender lo que está sucediendo en el país en materia de la conducta desviada en el contexto de una sociedad en transición de la vida tradicional a la vida moderna y posmoderna. Pero lo peor es que las estrategias y acciones encaminadas, no parecen atacar las causales del actual estado de descomposición social y de violencia que vive la Nación. El caso amerita más profundidad y menos cotidianidad superficial, para que se llegue a una visión más comprensiva, de la cual surjan líneas de acción estratégicas cuya aplicación surta mejores efectos.
   
 Ahora bien, lo peor que pueden hacer las autoridades y la propia sociedad, es dejar que los hechos sigan ocurriendo y cruzarse de brazos para que la tendencia a la conducta agresiva siga creciendo en la población, con lo cual la fuerza de la llamada entropía, ley de la autodestrucción del sistema social, siga su curso y la inestabilidad total se apodere de todo el orden social hasta su disolución.

¡Reenfoquemos la violencia y reforcemos con inteligencia la acción contra la violencia!

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