El vacío que deja el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), es el hueco que encuentra y trata de aprovechar el político Guillermo Moreno para disputarse un rol estelar de antagonismo frente al accionar oficialista y gubernamental.
Según un análisis firmado por el periodista Luis Brito, de El Nuevo Diario, la marcada división del PRD, sin indicio real de cohesionarse, permite al gobierno un baile armónico a pleno salón, aprovechando que ese partido distrae atención en sus asuntos internos, nublándole el camino hacia un fortalecimiento en ruta al 2016.
Las posiciones radicales de rivalidad de Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado, concentran los mayores esfuerzos y dedicación del partido blanco, que no pudo contrarrestar con firmeza el proyecto de Reforma Fiscal que está haciendo pasar sin mayores inconvenientes el Poder Ejecutivo.
Ante la falta de una propuesta seria y convincente del PRD frente a los planes fiscalistas del gobierno, entra en escena el presidente del Partido Alianza País, quien ataca por el “tronco” y la “raíz” buscando llevar a la justicia al ex presidente Leonel Fernández y conseguir condenarlo como el culpable del déficit fiscal que indujo a este "trago amargo” de una Reforma Fiscal.
Si bien Guillermo Moreno prefiere comenzar enfilando cañones contra Fernández y dos de sus principales colaboradores (Víctor Díaz Rúa y Félix Bautista), el objetivo final sería mellar la estructura del peledeismo, sustentación y plataforma del gobierno de Danilo Medina.
Golpear la imagen y figura del Partido de la Liberación Dominicana, con su intención de enjuiciar a su principal líder y presidente, Leonel Fernández, Moreno persigue lograr calar y posicionarse en la cima de la representación opositora, aprovechando que el área está despejada en ese ámbito político.
Sin estructura partidaria ni un partido fuerte (apenas el cuarto lugar como el más votado en las últimas elecciones nacionales), Moreno se plantea un escenario improbable, y sin precedente, de construir un liderazgo opositor sin gran respaldo partidario.
Hay quienes creen que el sometimiento judicial contra Fernández es el comienzo de un plan estratégico, dirigido a ensanchar un papel de oponente, para convertir a Guillermo y a Alianza País en un “clavito en el zapato” para el gobierno.
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