viernes, 14 de junio de 2013

Qué pasa con las causas nacionales


Hay dos hechos sociológicos cada vez más visibles a los ojos del observador: Uno, que la toma de decisiones políticas es cada vez más una función de los grupos de intereses, y más especialmente de aquellos más poderosos; y dos, que las  decisiones políticas se toman en el  espacio del llamado poder mediático. La política se practica más como un espectáculo para manejar burbujas virtuales en los medios.    
    
Por esas dos razones fundamentales la cotidianidad del poder por lo regular se dirige a responder a los grandes intereses y a expandir la riqueza de los más ricos, generando en consecuencia más pobres y más desigualdad y menos oportunidades para una población en crecimiento continuo dentro de la marginalidad y la exclusión. Por ello  las grandes decisiones de la política-espectáculo no tiene como finalidad el Bien Común ni el desarrollo de los pueblos, sino los grandes negocios ahora impulsados por la propia clase política que monopoliza el poder político y económico en combinación con sus aliados nuevos y viejos de la clase empresarial.      
   
Siguiendo esa lógica, la dinámica política va dejando una larga estela de espectaculares decisiones, varias de las cuales se asocian a verdaderas causas nacionales, y que podrían correr un serio peligro de ejecución, por efecto del predominio de los poderosos y por la política-espectáculo.  Ahora bien, habría que preguntarse: Qué está pasando con la aplicación del 4% para Educación. No hay una adecuada retroalimentación que le indique a la población cómo está marchando su aplicación. Es más, todavía no hay nadie responsabilizado de informar de la ejecución de esa reforma educativa. 

Lo mismo se puede decir de Bahía de Las Águilas, cuya última decisión judicial más bien alimenta la expectativa de los estafadores en vez de la esperada por la población. De igual forma, cabe cuestionarse sobre lo de la Barrick, que después del espectacular acuerdo de entendimiento, todavía no se lleva la propuesta de modificación del contrato al Congreso y ya no se sabe nada sobre los irregulares embarques del oro dominicano hechos por esa minera multinacional, habituada a malas mañas conocidas. Pero tampoco se sabe qué pasará con Loma Miranda, luego de la ambigua posición de Medio Ambiente, pese al rechazo nacional avalado por el informe del PNUD, muy esperado para una decisión categórica y definitiva. Se hace necesario fortalecer el debido seguimiento de la gestión de gobierno. 

Fortalecer el seguimiento

Pero así como sucede con esas causas nacionales, también le podría suceder a las acciones del Presidente en la aplicación de las prioridades asumidas, tales como son: el apoyo a los sectores productivos de la Nación, el impulso al turismo y las Mipymes, así como a la propia Estrategia Nacional de Desarrollo. Por esas tantas razones, creemos pertinente que el Gobierno conforme un Consejo Nacional de Monitoreo y Evaluación de políticas públicas para el Desarrollo Nacional. Repetimos el gran desafío de la gestión del Presidente Medina, es garantizar que los buenos anuncios se hagan  realidad.

¡Presidente, manos a la obra!

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