La conexión con la naturaleza que tenían los niños de antaño ha ido decayendo con el tiempo. Antes era común que pasaran tiempo jugando al aire libre: trepando en los árboles, buscando formas en las nubes, saltando sobre montones de hojas, recolectando tesoros de la naturaleza. “Esas experiencias ayudaban a dar forma a su visión del mundo”, dice la educadora estadounidense Susan Wirth, quien se desempeña como directora de exploración de la naturaleza para la fundación Arbor Day y la Fundación Dimensiones para la Investigación Educativa.
“Los dispositivos tecnológicos capturan actualmente casi todo el tiempo de los niños, mientras aventuras fascinantes del exterior permanecen inexploradas. Hoy los espacios exteriores para jugar suelen reducirse a estructuras de plástico sobre asfalto o todo fuera de un recinto, con la naturaleza casi totalmente ausente”, advierte Wirth.
Aulas y recursos para educar en espacios exteriores Si bien la tecnología es una herramienta útil y muy deseadas en las labores de enseñanza-aprendizaje en la actualidad, “los niños no pueden tener una verdadera comprensión del mundo sin auténticas experiencias multisensoriales que sienten las bases del aprendizaje posterior”, dice Susan Wirth, educadora y experta en exploración de la naturaleza.
Wirth, quien colabora como directora de exploración de la naturaleza en la Fundación Dimensiones para la Investigación Educativa, comenta que desde esa entidad se han realizado investigaciones que sustentan
ambientes exteriores de aprendizaje bien diseñados permiten a los niños conectar con las actividades educativas en interiores.
Por ejemplo, es mejor conectar la lectura de libros o la visualización de videos sobre insectos con la observación de insectos vivos en su hábitat.
“Al aire libre los niños experimentan el mundo real de manera tangible, diferente al mundo virtual”, asegura Wirth en entrevista con LISTÍN DIARIO. Añade que esa congruencia entre las experiencias educativas al aire libre y en interiores es lo que sostiene y da forma al aprendizaje académico.
Aulas al aire libre
Incorporar al proceso de aprendizaje las aulas al aire libre alimenta la curiosidad natural de los niños y les provee de materiales y un espacio con el que se involucran con todo el cuerpo en un aprendizaje constante y sobre todo multisensorial.
Incorporar al proceso de aprendizaje las aulas al aire libre alimenta la curiosidad natural de los niños y les provee de materiales y un espacio con el que se involucran con todo el cuerpo en un aprendizaje constante y sobre todo multisensorial.
Según Wirth las aulas en exteriores ofrecen la oportunidad de aprender en un contexto único y de gran riqueza. “Cuando los niños están activamente comprometidos en jugar y trabajar en las Aulas de Exploración Natural, están practicando y desarrollando destrezas importantes simultáneamente”, dice la experta.
Estas destrezas -añade- se desarrollan a través de la experiencia, mediante oportunidades que brinda el ambiente de involucrarse de lleno en el proceso de aprendizaje, con todos los sentidos trabajando.
No se trata solo de enfocarse en lo “académico”, sino en la totalidad del ser de cada niño. “Aquí todos los niños tienen la oportunidad de ser exitosos”, apunta Wirth.
Para la experta es un error que se vean los espacios abiertos sólo como lugares de recreo. Asegura que una vez que los maestros comienzan a observar y documentar el trabajo y el juego de los niños con herramientas y materiales de la naturalez descubren cuan increible y rico es el aprendizaje que tiene lugar más allá de las fronteras del aula tradicional. “Los maestros deben ver los espacios al aire libre como extensiones del salón en interiores, y usarlos a diario”, aconseja Wirth.
Grandes beneficios
Durante más de una década, la Fundación Dimensiones para la Investigación Educativa ha estudiado cómo los niños adquieren habilidades en la naturaleza. Susan Wirth comenta que diversas investigaciones muestran que pasar tiempo en ambientes naturales beneficia a los niños física, social y emocionalmente.
Durante más de una década, la Fundación Dimensiones para la Investigación Educativa ha estudiado cómo los niños adquieren habilidades en la naturaleza. Susan Wirth comenta que diversas investigaciones muestran que pasar tiempo en ambientes naturales beneficia a los niños física, social y emocionalmente.
Algunos resultados de investigaciones sugieren:
- Niños que experiencias regulares y positivas en ambientes naturales muestran mejor desarrollo motor incluyendo coordinación , balance y agilidad.
- Interacción apropiada con la naturaleza ayuda al niño a desarrollar poder de observación y creatividad.
- El desarrollo de la imaginación, la capacidad de maravillarse se relacionan a niños con experiencias positivas con la naturaleza.
- Los niños con Desorden de Déficit de Atención se concentran más y mejor si están en contacto con la naturaleza.
- Asegurarse de que un infante juegue afuera dobla la cantidad de actividad física que ese pequeño realiza.
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