SANTO DOMINGO.-La socióloga Rosario Espinal consideró ayer que el progreso prometido por el capitalismo neoliberal “se derrumba ante los ojos de las grandes mayorías del mundo globalizado” que no alcanzaron la tierra prometida de la prosperidad y abundan las desigualdades sociales.
Dijo Espinal que las desigualdades económicas registran los niveles más altos del último siglo, aún en los países más desarrollados con amplios programas de compensación social.
“Se perdió, por otro lado, la utopía socialista”, agregó la investigadora en su artículo publicado en el digital Al Momento. Net.
A juicio de la socióloga el socialismo del siglo 21 se consume en su propia salsa y no hay paradigmas nuevos que reorienten las naciones.
Y por igual, agregó que las dictaduras persisten o se reinventan, y las nuevas democracias apenas subsisten y que como en cada época de crisis, resurgen las fuerzas xenófobas viscerales.
A juicio de Rosario, están son las frases mas socorridas en la sociedad; el “otro” es el problema. El “otro” es fuente de resentimiento, miedo, fanatismo. Se apela al atentado a la soberanía y las costumbres. El discurso de civilización y barbarie encuadra la política.
Dijo que los proyectos colectivos de protección de derechos no caben en estos estadios sociales y el antagonismo dificulta la solidaridad social.
Dijo que la anomia, a la que se refirió hace mucho tiempo Emilio Durkheim, es la falta de reglas claras para lograr un orden social aceptable y que ante la anomia, la gente se descarrila, el Estado pierde la capacidad de guiar la nación, y el caos arropa la sociedad.
A juicio de Rosario Espinal, estos son tiempos de incertidumbre en todo el mundo, tras señalar que en la incertidumbre surge el pánico, y en estado de pánico se pierde la racionalidad efectiva.
Declaró que apegarse a un profundo sentido de justicia es el único antídoto a los resentimientos que se concretan generalmente contra los más vulnerables.
La lista de ejemplos actuales de rechazo sociales larga, es y sólo hay que mencionar los movimientos contra inmigrantes en Estados Unidos, Francia, Italia, Holanda, Suiza, Austria, Costa Rica, Bahamas, República Dominicana, etc., o contra los homosexuales en Rusia, Nigeria y Uganda, entre otros.
Los grandes flujos migratorios han sido consustanciales a la idea de prosperidad en el mundo, y República Dominicana conjuga dos fenómenos que son cara de una misma moneda: la migración hacia fuera de dominicanos y la migración hacia dentro de haitianos y la economía dominicana se nutre de ambos flujos.
jueves, 6 de marzo de 2014
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