viernes, 7 de marzo de 2014

Hace 3 años: llegaste

Josefina AlmánzarJustamente hoy, un 7 de marzo pero del 2011, llegaste a mi vida. Así como llega la primavera transformándolo todo, arrancando de raíz las ráfagas de un duro e interminable invierno, así llegaste tú. Con tus ojos negros, tu pelo de azabache, tu mirada penetrante, sabia, juiciosa, tu carita peculiar, cuyos dos buchecitos hacen de ella una de tus grandes atractivos. Hace tres años llegaste tú, María Victoria.
    
Llegaste y mi vida dio un giro de 360 grados sin volver jamás a su centro.  Mi agenda de vida gira en torno a la tuya. Cuando mis amigos y amigas, principalmente, las amigas me contaban de su experiencia materna y de cómo les cambió todo, de cómo la rutina de la vida se transforma y gira alrededor  de esa personita que está en tu vida las 24 horas del día, los siete días de la semana, pensaba que eran exageraciones, mal manejo del tiempo y tantas opiniones y creencias como las que suelen aflorar cuando no atravesamos una situación determinada.
    
Ya nada es ni será igual para mí. Ni como persona, mujer y profesional. Hoy luego de los mil noventa y cinco días transcurridos, te puedo decir que en nada cambiaría éstos 3 años de tu llegada a mi vida.  Haz hecho que ahora exista una razón especial para vivir y esa razón, eres tú.

No importa las noches en vela, las preocupaciones por tu salud, tu educación, alimentación.  No importa las transformaciones internas que he tenido que hacer conmigo, las luchas de mi propio ser al no aceptar, aveces,  los cambios de rigor que conlleva el ejercicio de una maternidad responsable.  En lo que a ti se refiere, se vale todo.
    
En éstos 3 años me he convertido en mejor persona a través de ti porque he aprendido a amar sin condiciones por ti.  Ahora sé, siento y entiendo el gran amor que Jesús sintió por la humanidad al entregar su vida en esa cruz por nosotros y nosotras porque yo, sin dudar ni un instante, si la ocasión se me presentará, daría mi vida por ti.
    
Le pido a Dios y a mi Virgen que me ayuden a guiarte, acompañarte en los caminos de la vida.  Que nunca me nublen el pensamiento ni la acción para nunca estorbar tus procesos de desarrollo.  Que me den la suficiente luz y sabiduría para conducirte de la mejor manera, sin egoísmos.  Para animarte a encontrar tus propios senderos.
    
Le pido a Dios que te siga dando esa alegría de vivir que irradias.  Esa felicidad propia, que a tus escasos años has descubierto poseer, cuando cada mañana me dices: “mami soy una niña feliz”.
    
Bienvenido sean a tu vida estos 3 años, mí querida hija.  Que la primavera  siga floreciendo en tu vida.  Que la Virgen te siga protegiendo y cubriendo con su Manto.  Que las hadas, los duendes nunca dejen de formar parte de tu mundo de fantasías.
    
Que tu sonrisa y tu sabia mirada sean  tu sello de entrada con la cual se abrirán todas las puertas de tu vida por donde siempre entrará ese Señor Sol, como le llamas.
Te amo inmensamente, María Victoria!

0 comentarios:

Publicar un comentario