martes, 11 de marzo de 2014

Elecciones en América

Las elecciones en América Latina, y la República Dominicana no escapa a esa realidad, están expresando un conflicto fundamental del que emanan dos grandes bloques que integran a las fuerzas llamadas de derecha, por un lado, y por el otro, las fuerzas de la Izquierda. El bando de la derecha por lo regular se adhiere a la concepción neoliberal del capitalismo, asumiendo la defensa, de forma extrema, del “libre Mercado”, por lo cual recibe el apoyo vehemente de la clase empresarial, especialmente a nivel de sus cúpulas y de los EEUU. De su lado, el bloque izquierdista, se expresa como un abanico más diverso en el que caben los movimientos por una democracia comprometida con una economía social de mercado y un Estado de Bienestar, o de Desarrollos Humanos, donde el empresariado  proyecta una Empresa con responsabilidad social y ambiental. También en esta ala, se ubican los movimientos que buscan el Estado comunista, mediante los esquemas socialistas o de economías solidarias, que implican en su versión extrema la eliminación de la Empresa privada.     
    
Esas formas extremas de concebir la economía y la política son necesariamente antagónicas y excluyentes, de modo que encierran un conflicto de vida o muerte. Y es lo que está presente en el conflicto de Venezuela, donde los izquierdistas controlan la institucionalidad política del Estado y de forma manifiesta se empeñan en instaurar una economía socialista en la que está decretada la desaparición de la economía empresarial privada. Esa es la razón de la rebelión de los movimientos de derechas y de las “guarimbas” en varias ciudades de ese país. Las fuerzas chavistas no han definido un esquema institucional que le abra espacio a la clase empresarial, como por ejemplo lo hicieron los chinos que, aún manteniendo el control político de partido comunista, a principio de los noventas decidieron modificar el esquema económico instaurando el “modelo social de mercado” con el cual conviven de forma estable, efectiva y expansiva.    
   
Pero ese conflicto que se expresa con toda crudeza en Venezuela, se está manifestando en el campo de las elecciones en otros países latinoamericanos, tal como se diera en los casos de Colombia y de El Salvador. En el caso de Colombia, el expresidente Uribe, con el apoyo de los EEUU, encabeza la oposición de derecha, oponiéndose al plan de paz que persigue el Presidente Santos, quien encabeza el bloque democrático por la paz, con el apoyo de los liberales y otras fuerzas más a la izquierda, coalición que saliera gananciosa en las reciente elecciones congresionales. En el caso de El Salvador las  fuerzas de FMLN, de vocación izquierdista, fueron sorprendidas por las fuerzas de derecha que aglutina ARENA, al ganar de forma pírrica, cuando se esperaba una victoria cómoda, lo cual agrava el  conflicto  pos electoral en ese país.

Modelo alternativo

Esos casos nos enseñan que la lucha electoral, en muchos de nuestros países, se está dando entre las fuerzas de derecha de corte neoliberal, como lo exige la estrategia de la globalización, y las fuerzas izquierdistas de vocación democrática, anti neoliberal, que buscan un modelo de desarrollo alternativo.

¡Qué sirvan esas experiencias de referencias!

0 comentarios:

Publicar un comentario