lunes, 3 de marzo de 2014

Excesiva nómina exterior

Por Dunia De Windt.-Se ha escrito mucho sobre el altísimo precio que le cuesta al pueblo dominicano el servicio exterior en embajadas y consulados donde el país tiene representación.
El gobierno continúa pidiendo préstamos internacionales para todo tipo de acciones en vez de disminuir esta dichosa y jugosa nómina exterior para luego decir que no hay dinero para otros asuntos más perentorios.
Son muchas las voces de distintos sectores que han sugerido hasta el hastío a los últimos gobiernos, incluido el de Medina, que una vía que podría ayudar a paliar ciertas situaciones financieras sería reducir la nómina exterior no sólo en personal sino en salarios.
El ex presidente Leonel Fernández pasó ocho años gobernando el país y en vez de reducir nómina la aumentó en personal (hijos de sus amigos) e incrementó el salario de embajadores y cónsules.
Pero lo cínico del asunto es que algunos de esos embajadores se pasan la vida reivindicando mejoras y ufanándose de que son “defensores” del pueblo. ¡Fantoches¡ La falta de vergüenza de algunos no tiene límites.
En ese sentido, es excesivo el personal en embajadas y consulados en el exterior, donde para nadie es un secreto que muchos de esos dominicanos nombrados ni residen, ni trabajan ni hacen nada que justifique sus nombramientos, sino todo lo contrario, cobran en dólares y residen cómodamente aquí en el país.
Los cargos en el exterior son ejecutados a través de decretos presidenciales, aunque luego las gestiones de dichos puestos son responsabilidad del Ministerio de Relaciones Exteriores. Es decir este desproporcionado y exagerado aumento de la nómina exterior ha sido responsabilidad de los últimos gobernantes que hemos tenido en el país.
En lo que va del gobierno del presidente Danilo Medina no se ha movido ni ratificado a nadie de los que ya están cobrando miles de dólares en el servicio exterior viviendo o no en el país.
El Presidente está dormido, muy dormido en ese aspecto, salvo puntuales nombramientos más que ha decretado, pero sin quitar ni reducir nada del panorama actual. Sabemos de embajadas y onsulados sobrepoblados.
Esto es un asunto que tiene que cambiar. Esto es corrupción y en este caso el silencio no siempre es la vía idónea de cambiar la situación.

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