viernes, 28 de marzo de 2014

Campamentistas por siempre

Josefina AlmánzarPor Josefina Almánzar.--Hace 26 años el viaje de la vida me llevó a una estación muy especial: A la Capilla de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), allí comencé un viaje que transformaría mi vida para siempre. Mi primera parada fue en Cacique Monción con un grupo de jóvenes de mi generación, todos y todas estudiantes, en ese entonces, con sueños, proyectos y muchas metas por cumplir.
   
 En ese verano del 1988 nuestras vidas se convirtieron en un antes y después del campamento. Empezamos  a ver  al mundo con nuevos colores, con la Fe de que todos nuestros sueños podían ser posibles y realizables.  Allí, bajo el cantar de los pinos, en la fogata con luna llena y un cielo bordado de estrellas empezamos a tener un contacto directo con Jesús. Empezamos a conocernos de tú a tú y a colocarlo como centro de nuestras vidas. A partir de ese momento la historia fue otra y ya sabíamos que en los caminos que teníamos que transitar tendríamos su compañía.
    
El tiempo ha transcurrido y los campamentos han continuado gracias al esfuerzo de todos y todas   los que se han dado la oportunidad de vivir la experiencia y siguen creyendo en el proyecto. Un proyecto que es una hermosa realidad multiplicado en varias facetas.
    
26 años después la historia continúa. Las paradas se detienen regularmente en agosto de cada año  en Pinar Quemado, Jarabacoa. Allí,  un  equipo de personas extraordinarias, de personas que han descubierto la grandeza que se adquiere cuando se sirve al prójimo sin condiciones, dedican  meses de organización y entrega a través de la Pastoral para recibir como reyes y reinas a todos y a todas las que abren un espacio en su agenda. Para los que se dan la oportunidad de beber del oasis en el desierto y pasarse cuatro días fortaleciendo los principios, refrescando los valores y sobre todo, alimentando a ese niño y a esa niña interna que todos y todas llevamos dentro, lo cual es sumamente importante porque cuando llegamos a la etapa adulta nos tomamos la vida tan en serio que nos olvidamos de algo que nos regalan  de gratis: la risa, la alegría, la inocencia, la fantasía, la perseverancia en la realización de nuestros sueños.
   
 26 años después un grupo de campamentistas egresados de la universidad, preocupados e inquietos por la situación social, política, jurídica de nuestro país se reunió una tarde  cualquiera a reflexionar sobre estos temas y hasta cierto punto, añorar esos días donde sonábamos en hacer algo positivo por este país que nos ha dado tanto y de ahí surgió la idea de encontrarnos de nuevo, mirarnos, abrazarnos.  Con el objetivo de fomentar el crecimiento personal, fortalecer la conciencia social, manteniendo los valores éticos y espirituales aprendidos durante esos años de campamentos.
    
Ese reencuentro está pautado para el domingo seis de abril, en el Multiuso de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Allí reviviremos el espíritu campamentista y acentuaremos el desarrollo personal y el compromiso social.
    
Será un día de júbilo en el cual se reencontrarán todas las generaciones de los campamentos de verano y de veteranos
    
Si eres un campamentistas y me estás leyendo anímate a participar, acércate a la Pastoral porque sencillamente un campamentistas es: Campamentista por Siempre.
La historia continúa……..

La autora es Abogada y Docente Universitaria.

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