En la política dominicana se diferencia a los teóricos de los prácticos, menospreciando el papel que las ideas han llevado a cabo en la práctica de la política local en las últimas décadas, considerándose que no existen diferencias de fondo entre las alternativas, los discursos o las propuestas políticas.
Esto es una expresión de la crisis de fondo y forma que ha establecido cierto grado de homogeneización en la actividad política, un fenómeno que ha acercado las visiones acerca de la sociedad y que ha reducido el papel de las ideologías, que antes fueron el marco de orientación de los grandes movimientos políticos en las diversas sociedades, incluida la nuestra.
Pero, en el sustrato de cada propuesta política sigue existiendo un cuerpo de ideas y propuestas, una forma de entender los desafíos y exigencias que se plantean a quienes se empeñan en dirigir los asuntos públicos.
Y eso en el caso de mi partido, el PLD, fue uno de los aspectos que se intentó recuperar en el recién celebrado VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello, con los ejes y matices, los énfasis allí trabajados.
Estamos en un momento interesante y determinante, pues el cuerpo de ideas que dan forma al abordaje de la sociedad por parte del Partido de la Liberación Dominicana, constituirán, en el futuro próximo, una referencia sobre la cual debemos conocer, analizar, dialogar, debatir y llevar a la práctica como un estrategia diferenciadora de nuestra teoría y acción política.
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