martes, 26 de marzo de 2013

Por los maestros


Presidente Danilo Medina, usted indudablemente aprendió a leer y escribir porque un maestro o maestra le enseñaron, usted al igual que los propios profesores, la Ministra de Educación y demás integrantes de su gabinete, tuvieron maestros, todos en algún momento de nuestras vidas, hemos recibido el pan de la enseñanza de la voz, de las manos, del ejemplo de un maestro.
    
Desconocer esta realidad y no remediar la situación del magisterio dominicano, es no actuar en consecuencia con lo que vivimos y es además, faltar a las leyes humanas.
    
La Ministra de Educación está siendo criticada duramente por la supuesta osadía de aumentarse el sueldo, se dice que su paga ahora es de unos 300 mil pesos sin contar los debidos incentivos, ¿habrá calculado doña Josefina, cuántos años tardaría un maestro dominicano para alcanzar esa suma?
    
El Presidente Medina ha puesto en vigor el programa “Quisqueya aprende contigo”, es contradictorio que precisamente en este tiempo en que el país se abre a la educación y erradicación del analfabetismo, se produzcan estos movimientos, ya que se supone que si se ha logrado el tan ambicionado 4 por ciento para la educación, el salario de los maestros, debería haber sido tomado en cuenta, porque ellos son el pilar de la educación.
    
No se puede vivir en el pasado, los maestros devengan sueldos que no corresponden a la actualidad, nadie puede mantener una familia, pagar renta, educación, vestirse y alimentarse con un sueldo que hace tal vez cinco años, pudo haber sido suficiente o al menos, resultar menos onerosa su distribución.  
    
Es posible que existan maestros que no cumplan con el cometido que de ellos se espera, pero esos pueden ser los menos y es deber de las autoridades educativas, encargarse de que estos servidores magisteriales, procedan con la debida honestidad de servicio, o reemplazarlos por verdaderos trabajadores de la educación.
    
Los maestros en su gran mayoría son gente humilde, son del pueblo y trabajan para el pueblo, hay que ser consecuentes con ellos y respaldar su lucha, porque ellos son los encargados de encauzar a nuestros hijos, a los hijos de nuestros hijos, a los políticos y a todos los dominicanos, por el camino del saber.
    
Para poder ejercer con dignidad su misión, un maestro necesita saber que a la par con su apostolado, debe cuidar no solo de su vida, sino de su familia, porque ningún ser humano que sepa que sus hijos no comerán, puede concentrarse en otra cosa.
    
Un maestro que tenga meses de renta acumulados tiene el alma en vilo imaginando que puede quedar sin techo junto a los suyos, los maestros se enferman, tienen que comer, pagar servicios, trasladarse a su lugar de trabajo y para cumplir a cabalidad su tarea educativa, necesitan saber que la familia que depende de ellos, no carece de servicios esenciales que ellos deben proporcionales con su sueldo.
    
Por todo esto señor Presidente, señora Ministra de Educación, hay que llegar a un acuerdo con los maestros, un pacto mediante el cual ellos entiendan que sus reclamos son tomados en cuenta.
   
 El país está con los maestros y los apoya, tiene que ser así porque si hablamos de educación, ellos deben estar en primer plano, ya que ayudan a forjar la conciencia, en la suya, se apoyó la educación de los que ayer fueron gobernantes, los que hoy nos rigen y de los líderes del futuro. 

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