CARRETERA TURÍSTICA

El antiguo enlace carretero entre la zona costera Norte del país y el valle del Cibao que tiene el nombre del notable guerrero de la Restauración, General Gregorio Luperón, no debe abandonarse hasta permitir que el continuo deterioro de esa vía que alcanzó el sobrenombre de “carretera turística”, se torne intransitable, como está por convertirse, sobre todo en algunos tramos erigidos como terraplenes de laderas montañosas.
  
Los trabajos de mantenimiento se llevan a cabo con una lentitud que exaspera a los poblados que durante años fueron levantándose junto a los paseos laterales y que han vivido de las visitas de turistas internos y externos que se detenían a comprar muestras de ámbar sin pulir o pulido, tejidos de cana, frutas y otras muchas muestras del quehacer de sus territorios y que hoy se ven imposibilitados de percibir los ingresos generados por esos viajeros, por el mal estado de la vía.

No es por los lugareños, sin embargo, por los que ruega este diario, sino por la carretera misma, que debe rescatarse rápidamente, pues constituyó en algunos momentos en reciente pasado, una alternativa cuando en el tramo de los Llanos de Pérez, la autopista Duarte se ha hundido.