Los visitantes dominicanos no tienen problema alguno al llegar a la ciudad que ya hacia el séptimo decenio del siglo XIX un visitante norteamericano, Samuel Hazard, llamaba la más activa comunidad de trabajo de República Dominicana; pero este valor, significativo entonces para una persona en misión especial, carece de significado para quienes viajan por interés de conocer, de disfrutar o de realizar intercambios personales.
Santiago de los Caballeros tiene el potencial para atraer turistas en el pleno sentido que tiene esta expresión; pero ese potencial tiene que adecuarlo, a sabiendas de que la aspiración de ser atracción para viajeros no le dará sentido turístico; más que la aspiración, hay que centrarse en vitalizar y levantar los recursos turísticos que existen en potencia.
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