La Diputada Minou Tavárez Mirabal tiene tras de sí una gloria por conservar, de la que no puede decirse que es ajena, pues le es tan propia que la lleva en su sangre, puesto que fue labrada por sus padres; por consiguiente, no debe escuchar a quienes, es probable, estén emitiendo aquellos míticos cantos de sirena, destinados a conducirla hacia la creación de un nuevo partido político.Con la renuncia del Partido de la Liberación Dominicana, Minou habló mucho sin decir nada y, salvo las consultas que ha dicho está realizando, no debe encaminar sus andanzas hacia nuevas o existentes organizaciones partidistas.
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