lunes, 9 de junio de 2014

La rutina política

Los problemas del país vistos a través de los medios lucen agobiantes, al tiempo que parecen desbordar la capacidad de respuestas por parte de los órganos del Estado. Los políticos que aspiran a llegar o mantener el  control del Estado, sin embargo, es poco o nada los que nos dicen sobre cómo debe orientarse el país para afrontar esos problemas y más aun sobre cómo debe trazarse una política nacional para el desarrollo del país con prosperidad para todos.  
    
En vez de tratar sobre las fórmulas del desarrollo, los políticos viven en un continuo “dime y direte” llevando la política al plano de las diferencias interpersonales, y convirtiéndola en una actividad puramente “declarativa” y vacía, con el propósito de descalificar a los contrarios y de aparecer en los medios para no quedarse “fuera”. Si se revisan los medios sobre todo la prensa escrita, fácilmente la gente se daría cuenta de que los políticos sólo ofrecen declaraciones de acuerdo a los temas que los mismos medios y la gestión del gobierno van poniendo en agenda, las cuales en su mayoría no son trazadoras de visiones y soluciones.
    
En esa rutina de la cotidianidad político-partidaria no se oye una voz que le diga a la población cuál ha de ser el rumbo que ha de seguir el país y bajo qué posibles escenarios. A cambio de ese vacío, la vida real transcurre dominada por el juego de los intereses particulares, donde prevalecen de manera muy privilegiada los diferentes frentes oligárquicos, nacionales y multinacionales que monopolizan la política y la economía del país, sacando ventajas aún de los más graves problemas nacionales, tal como se ha visto claramente en el problema eléctrico.    
    
La República Dominicana es un país de la América Latina que no escapa a la estrategia de la dominación global, y en ese orden la realidad del país está supeditada a los designios y contrapropuestas que se van provocando en ese contexto. Dentro de ese marco, los políticos deberían plantearle a la Nación los tres posibles escenarios que deberían ocupar la atención de la opinión pública nacional: Primero el escenario que define el modelo vigente y ya instalado en el país del “neoliberalismo” guiado por los designios del Mercado con su carga privatizadora y limitante del Estado como regulador de la economía, y cuyos efectos, en pobreza y desigualdad, corrupción y criminalidad, son bien conocidos y  sufridos por la mayoría de la población;  el escenario contestatario ofrecido ya por varios países de la región consistente en el socialismo del siglo XXI, con serios problemas de reacomodación como se vive en Venezuela; y una tercera alternativa que podría promover el llamado “capitalismo con rostro humano”, mediante la fórmula del “Estado de Bienestar”, donde la empresa impulsada por “emprendedores” convive con un Estado institucionalmente fuerte, capaz de imponer y fomentar un capitalismo sustentable, con menor tasa de explotación humana y comprometido con la preservación del medio ambiente. 
    
Los planteamientos sobre esos posibles escenarios deberían ser los temas que ocupen la agenda de nuestros políticos, para que sustituyan  el improductivo “dime y direte”, interpersonal y descalificador y que sólo empobrece la conciencia política nacional.

¡“Conceptualicemos”  la política!

0 comentarios:

Publicar un comentario