- NORYS SANCHEZ..
A la red de vándalos que azota a los dominicanos sin desmayo en cualquier zona y a cualquier hora debemos agregar unos integrantes nuevos: los limpiabotas.A esos niños con aspecto casi angelical en algunos casos, les ha dado con robar a autos desde espejos retrovisores hasta gomas de repuesto.Solo en los alrededores del sector de Naco, para ser más específicos entre las calles Fantino Falco, Tetelo Vargas y Gracita Álvarez, ronda una banda de estos niños que con sus cajas a cuesta y vociferando “limpiabotas, limpiabotas”, se han dado a esta tarea, la de robar.Sigilosamente se acercan a los vehículos, se percatan de que nadie los vea, primeramente vocean como para no levantar sospechas y enseguida cometen el hurto.En la calle Tetelo Vargas, en la misma semana y frente al mismo edificio, se llevaron el espejo retrovisor de un vehículo y otro día la goma de repuesto de otro.Bastó darle un vistazo a la cámara de seguridad del edificio visitado por los dueños de los vehículos y ahí estaba registrado el hurto gracias a que ocurrió en el área de cobertura del dispositivo.Y eso pese a es una zona “vigilada” las 24 horas del día los siete días a la semana, soy testigo.No obstante, no nos libramos de los delincuentes. Y son esos mismos limpiabotas los que merodean en las iglesias, las panaderías, las estaciones de combustible.De ahí que debemos andar al acecho, desconfiados porque ni siquiera minando la ciudad como lo están haciendo con policías montados y a pie, nos libramos de esta.¿Habrá que salir a las calles como cuando se sale a una guerra? ¿Armados?¿Qué más falta por hacer? Tal vez una buena medida sería empezar a recoger a todos esos niños que deambulan simulando que están ofreciendo un servicio y lo que están es al acecho de su presa.Y el que está dispuesto a robar está dispuesto a cualquier otra cosa. Debemos abrir el ojo, desconfiemos hasta de nuestra propia sombra.Y las autoridades que pongan el ojo en esos niños limpiabotas que, a decir de la gente, venden luego esas piezas en un conocido sector de Villa Consuelo que “todo el vivo” sabe dónde queda.Un mercado que opera a la luz pública y con mucha ventaja, sobre todo porque las casas distribuidoras rara vez cuentan en su almacén con los repuestos suficientes para suplir la demanda, cada vez mayor debido precisamente a la ola de robos que nos azota. Además, se consigue a mitad de precio. Negocio redondo que opera a plena luz del día.
martes, 24 de junio de 2014
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