lunes, 11 de febrero de 2013

La Virgen, el Cardenal y el PRD

Venecia Joaquín.


El día de la Altagracia, el Cardenal López Rodríguez, pidió a la Virgen que “nos haga sentir que  es de verdad la madre del pueblo dominicano, que sintamos auténtica protección y el ambiente de violencia vaya desapareciendo”. Dijo que en los últimos tiempos ha habido una oleada salvaje de crímenes que “se originan por la inestabilidad de los hogares, inexistencia de familias que eduquen los hijos en la paz y la falta de educación”. “Entonces salen esos engendros, estos monstruos” y en  “ese contexto, las iglesias tienen la misión de formar a los cristianos”. 
    
Tranquiliza saber que el Arzobispo Metropolitano, tiene un diagnostico de la problemática social y sus causas. Eso facilita la tarea.  De su análisis se desprende, la necesidad de que las iglesias se revisen, evalúen su misión, objetivos  y los métodos utilizados para alcanzarlos. Todo parece indicar que ha habido descuido  en atender  el  alma de la sociedad y del individuo. 
    
Cuando estos  se alimentan de sanos principios morales y éticos y esos ejemplos se observan por doquier, la vida es mas  tranquila, relajada, calmada. Hay más comprensión. No hay cabida para la violencia.
    
Se tiende a perder este camino y confundirse, cuando los guías espirituales,  comienzan a aplaudir, admirar y mimar, corruptos, delincuentes, amantes de riqueza mal habido. Cuando miran  complacientes, a los que  deberían rechazarlo como “el diablo a la cruz”. Tienden a confundir.     De ahí, la importancia de que los que buscan orientar la sociedad adecuadamente,   se revisen  para ver si se están alejando del camino. Deben ser parámetros en medio de la tempestad y con valor, lanzarse al charco para salvar vidas. 
    
La Virgen, miraría feliz que el Cardenal aceptara mediar en la crisis del PRD. Hipólito Mejia dio señal de humildad y deseo de resolver por buena lid  los problemas de esa institución, cuando  pidió su mediación. Esta petición es señal de que quiere entendimiento con Miguel Vargas, en base a principios amistosos, cristianos, mas que  políticos. Sabe que de la armonía entre ellos, depende la paz, no solo en un partido sino en la sociedad.
    
Ninguna iglesia debería poner condiciones para esta reunión. Mas bien, debió tomar la iniciativa de penetrar en el alma de las partes en conflictos. Un consejo a tiempo, ayuda mucho.  Se justifica y más en este caso, la iniciativa de religiosos que buscan ser instrumento de paz y amor, unir lideres. Los hombres de Dios, deben buscar las ovejas descarriadas, en cualquier escenario. Es su deber, enseñar a amar y buscar el  bien común. 
   
 Los cristianos se confunden, cuando ven  los  representantes de sus iglesias, indiferentes a crisis humanas o solo con teorías o apoyando los que obtienen  riquezas. Esta injusticia produce  enojo, perdida de fe y generan violencia. 
    
El Cardenal tiene razón, debemos pedir la  protección de la Virgen. Su manto debe ponerlo sobre los hombros de los dirigentes espirituales de la nación. Iluminarlos para que no pierdan el camino y puedan conducir las ovejas hacia la paz. La Virgen llora al ver actitudes discriminatorias, mercantiles, en los que deciden disfrutar del banquete de  poderosos, olvidando la mayoría. 
    
El gran tesoro, es la alegría interior. Poseerla es un granito de arena en pro de la paz mundial. Un paso para vencer el odio,  la violencia. De esa manera de las entrañas de la sociedad no salen los monstruos de que habla el Cardenal sino ángeles. La tarea es fácil. Esgrimir donde quiera, sin miedo y de manera ejemplar, los principios cristianos.  Cuando se salen de ese contexto, confunden el individuo en su fe.  Los vuelven violentos, malvados y como han perdido la confianza en su iglesia,  deforman sus hijos, hogar, las instituciones.
   
 De ahí, la importancia de que los representantes de las iglesias se mantengan firme en sus propósitos, como Jesús. ¡Urgen parámetros fuertes!! , que guíen las familias y la sociedad. 
    
Pido a la Virgen que ayude a los líderes religiosos, que no cedan antes las tentaciones de los ricos y poderosos,  a fin de que puedan seguir la tarea del hijo de Dios, de salvar la humanidad y conducirla a vivir en un ambiente de paz y amor.

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