Entre tareas, largas jornadas frente a un pizarrón o un computador, lecturas, pocas horas de actividad física y obligaciones extracurriculares, la vida del estudiante se perfila muchas veces más ocupada (y sedentaria) que la de cualquier profesional o empleado de tiempo completo.
“Y así debe ser. Es su deber prepararse para el futuro”, dirán muchos. Sin embargo, ¿qué pasa si, dentro de ese ocupado proceso de formación, el estudiante descuida la alimentación?
Y, en todo caso, ¿deben los estudiantes seguir una alimentación especial por el solo hecho de dedicarse a estudiar?
Definitivamente, sí, dice la nutrióloga clínica Taiana Ubiñas.
“Los estudiantes, además de tener gasto energético por actividad física lo tienen por actividad intelectual y por ello la alimentación además de ser equilibrada debe ir específicamente a los nutrientes, que se deben aumentar”.
Tomando en cuenta este esfuerzo, ¿cuáles alimentos garantizan mantener en óptimas condiciones la mente y el cuerpo?
Ubiñas asegura que lo primordial es que sea una alimentación balanceada en la que estén presentes todos los grupos alimentarios.
“Pero en ese equilibrio debemos tener un mayor incremento de los que aporten energía, como los carbohidratos (con prudencia en aquellos niños o jóvenes en sobrepeso), y de frutas y verduras, por su contenido de vitaminas y minerales”, apunta.
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¿SUPLEMENTOS ALIMENTICIOS? Taiana Ubiñas no recomienda a los estudiantes el consumo de suplementos para mejorar la memoria y el rendimiento o para permanecer más tiempo alertas, tan de moda en los últimos años. Sin embargo, aclara que si se demuestra que el joven tiene alguna deficiencia que no esté ligada a la alimentación y si es necesario, entonces sí es posible utilizarlos.
“Lo mejor, y por donde yo manejaría el asunto, es aportando mayor consumo de alimentos ricos en vitamina B, etcétera”.
Comer sano mejora tu desempeño académico
Si cree fervientemente en el dicho que sugiere que la persona mal alimentada “no piensa”, tiene toda la razón.
Taiana Ubiñas, nutrióloga clínica y presidenta del Centro Nutrifit, explica que una alimentación no saludable en los estudiantes se refleja en un bajo desempeño académico, en sobrepeso y hasta en desnutrición. Sus consejos y orientaciones al respecto sirven de guía a padres y estudiantes.
¿Cambian los patrones alimenticios a medida que se avanza en la escolaridad, es decir, al pasar del nivel inicial al primario, y del nivel medio al universitario? ¿O estos tienen que ver más bien con la edad?
En cada etapa de la niñez hasta la adolescencia los alimentos necesariamente no cambian, sino sus cantidades y las combinaciones que se puedan hacer. Entonces lo que debemos es ir aumentando las cantidades de las porciones, siempre cuidando el estado físico del niño.
¿Qué alimentos deberían evitar los estudiantes a toda costa o disminuir al extremo?
Es difícil que se puedan disminuir por completo, por la edad y porque no sería justo con ellos, pero deben bajar en cantidades el consumo de grasas, principalmente las saturadas, y los alimentos que contengan azúcar elevado.
Los padres podrían escudarse en las prisas para justificar la poca atención que ponen en la alimentación de los chicos, ¿qué platos de fácil elaboración y nutritivos les recomienda preparar?
Es muy común escuchar esto de los padres, sin embargo, un poco de organización solucionaría el problema. Una idea que doy a mis pacientes es que adelanten algunos alimentos la noche anterior, de esa forma no me dejarán de desayunar, que es la comida más importante y la que más se salta. ¿Cosas rápidas y nutritivas? 1) Un tazón de avena, maicena o harina del negrito. 2) Huevos hervidos con rollitos de jamón o de queso. 3) Un tazón de cereal con yogurt. 4) Un tazón de leche con tostadas untadas de “cream cheese” y 5) un platón de frutas con queso o jamón dentro picadito y con un baño de yogurt.
¿Qué les sugiere a los estudiantes universitarios que deben comer fuera de casa y las opciones que tienen no son saludables? La mayoría, además, come a deshoras, ¿cómo esto influye en su salud?
En estos casos recomiendo que se traten de llevar los alimentos de casa. Si saben que las opciones no serán muy saludables, una opción es llevarlos y así, además de comer mejor, ahorran ese dinerito.
De no poder hacerlo les recomiendo que se lleven sus meriendas (barritas de granola, frutas, etcétera). Si comerán en la calle prefieran las carnes y pescados.
Si van a un lugar donde tienen nuestra bandera (arroz, habichuelas, carne y vegetales), prefieran mayor cantidad de habichuelas, carnes y ensalada y una porción más pequeña de arroz. Si lo que tienen es hamburguesas, entonces cámbienlas pidiéndolas con una sola tapa de pan y en vez de refrescos de cola pidan agua.
La mayor repercusión de una alimentación no saludable en los estudiantes es, primero, la baja en su desempeño académico y, por supuesto, el sobrepeso u obesidad. Otros, sin embargo, se descompensan y pueden padecer desnutrición por lo mal que se alimentan.
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EN TIEMPOS DE EXÁMENES El estrés que agobia a los estudiantes en tiempos de exámenes viene acompañado de ansiedad por gravedad, un estado que, según explica Taiana Ubiñas, provoca que se coma de más o que se consuman alimentos que normalmente no se comen.
“Les recomiendo a estos pacientes que traten de canalizar las energías y que no paguen sus situaciones externas comiendo porque al final se afectan físicamente y el estudio es un proceso normal de toda persona”.
Para las noches en que el estudiante programa estudiar hasta tarde, Ubiñas le recomienda preparar una cena que lo satisfaga antes de las 9:00 de la noche. “Así no tendrá tanta hambre en una o dos horas”.
Otro consejo: “Saca de circulación aquellos alimentos que tendrías que pararte a buscar y ten en reserva frutas en vez de galletas o snacks. Si tienes una manzana, por ejemplo, pícala en pedazos bien pequeñitos y ve comiéndolos de poco en poco. También puedes tomar un té caliente: prepara una taza, déjalo a tu lado y ve tomándolo de poco en poco”.
PREPARA LOS ALIMENTOS QUE LLEVARÁS A LA UNIVERSIDAD
Ubiñas recomienda a los esutidantes universitarios que no cuentan con la posibilibad de consumir alimentos saludables en la calle prepararlos en la casa y llevarlos con ellos.
De esta forma, dice, además de comer sano se ahorran el dinero de la comida.
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