jueves, 24 de octubre de 2013

¿Por qué deben nuestros jóvenes hacer vida política

Por José BALBUENA.--

¿Qué es la política, para que sirve, de dónde vino? Puede un joven invertir su tiempo en pleno 2013, en el siglo XXI ingresando a un partido político? Sería bueno para un joven ingresar a la política dominicana? Que visto desde fuera pareciera ser que algunos políticos carecen de ideales y convicciones como los tenían nuestros padres fundadores, donde ya no se levanta un héroe para cambiar la historia, ni para limpiar el ambiguo, pantanoso y oscuro camino de la vida publica, sino que ya el objetivo claro es servirse de la patria, pero no servir a la patria. Por qué la historia no sigue cambiando como antes? Porque los que cambian la historia son los jóvenes y los nuestros no están interesados en ella.
    
A sus 25 años de edad un joven llamado Juan Pablo Duarte encabezó la fundación de la sociedad secreta "La Trinitaria", en 1838. Gregorio Luperón era un joven de 24 años el 16 de agosto de 1863. A los 33 años de edad Henry Ford construyó su propio vehículo autopropulsado denominado cuadriciclo en 1896, para pocos años después dar a luz al Modelo T. Fidel Castro tenía solo 27 años de edad cuando dirigió el ataque al Cuartel de Moncada en 1953. Steve Jobs, con tan solo 21 años de edad fundó Apple Computer Company y a sus 27 años, era el millonario más joven de 1982. Larry Page tenía 25 años de edad cuando Google empezó a funcionar en 1998. 

Mark Zuckerberg solo tenía 20 años de edad cuando creó Facebook, en 2004. Podríamos llenar una innumerable cantidad de páginas citando casos extraordinarios de jóvenes que con o sin recursos, con o sin posibilidades, tomaron la decisión de cambiar el rumbo de la historia. Ellos visualizaron las cosas que estaban mal o las que a su juicio podían estar mejor, e hicieron algo al respecto. Limpiaron lo que estaba sucio y cambiaron lo que estaba dañado. Por estas razones es que muchos son radicales al decir que lo importante no es que tan mal estén marchando las cosas, sino que estas haciendo tú para mejorarlas.
    
Pero ser indiferentes a las dolencias de nuestra patria, sería evidenciar un arraigado sentimiento esclavista, indolente y servil, brillando en nuestro pecho por su ausencia, el crecimiento de la necesaria llama de heroísmo viril, a la que apelaba Emilio Prud Home. Abandonar nuestra república a su suerte es lo mismo que hizo el capitán Francesco Schettino, cuando abandonó el crucero Costa Concordia cuando estaba naufragando en 2012. Negar nuestra responsabilidad social, es como si Cristo se hubiese negado a la cruz. No podríamos ser más indignos de nuestros padres, de nuestros maestros, y de nuestra bandera.
    
Todo esto da cobradísimas razones a la reflexión de que es la política el medio del cual debemos empoderarnos, en virtud de honrar las memorias de Duarte y Luperón construyendo un verdadero estado de derecho y democracia participativa, condenando las peligrosas y antipatrióticas intenciones de los partidos del avasallamiento, de promover el Totalitarismo, endiosando liderazgos, para asegurarse sus respectivas cuotas de poder, haciendo clara referencia al estado que Trujillo soñó, donde solo exista un partido político, donde nadie piense, ni reflexione ni conceptualice. 

Honestamente no veo espacio ni lugar para un joven emprendedor y visionario en un partido donde la mayoría de sus militantes se hayan arrodillado incondicionalmente, ante un personaje que ya agotó su turno. Los que persisten en estos ideales erróneos, no nos dejan otra opción a nosotros como clase joven, que la de fortalecer nuestra tercera fuerza política, para promover el equilibrio democrático y erradicar de raíz las injusticias y los privilegios. Entrando a un partido muy grande seremos invisibles, en uno muy pequeño el camino sería eterno, pero un partido donde sus líderes estén incentivando la alternabilidad, la participación y el relevo, es ideal, como es el caso del partido reformista, en su actual proceso de restructuración. 

Esto me da las facultades necesarias para ser certero al decir, que la única opción factible que tiene el estudiante universitario y el joven de cualquier posicionamiento social en nuestro país, es la de empezar a dar pasos de verdaderos vencedores en el único partido que en la actualidad no tiene un caudillo, ni un dios, sino que todos tenemos la oportunidad de desarrollarnos y tener criterio propio, es el mejor momento de entrar al PRSC, sabiendo que es nuestro turno histórico de construir los cambios que necesitamos. Esto tiene que cambiar!

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