sábado, 2 de marzo de 2013

Operación con pinzas


Pese a todos los merecidos elogios recibidos por el discurso con el cual acompañó el acto de depósito de las memorias ante el Congreso Nacional, el Presidente Lic. Danilo Medina habrá de enfrentar el período más traumático, el de convertir sus expresiones relacionadas con el oro que extrae la Barrick Gold en Pueblo Viejo, en la Provincia Sánchez Ramírez, en una realidad palpable, al sentar a la empresa minera en una mesa de negociaciones, para discutir de nuevo, un contrato suscrito anteriormente por representantes del Poder Ejecutivo, en nombre del Gobierno Dominicano, luego de ser sancionado por las Cámaras Legislativas.
   
 Es la etapa durante la cual podría volverse realidad aquella expresión del mandatario de que bajo los actuales términos, el contrato es inaceptable, pero también es la etapa durante la que el Gobierno Dominicano podría ser denunciado como propiciador de actos de irrespeto al clima de inversiones extranjeras, y más que ello, violentador de la seguridad jurídica con la cual debe rodearse durante el tiempo de vigencia, todo pacto suscrito entre particulares y el Estado Dominicano. Como puede observarse, el Presidente Medina está llamado a pasar de su condición de economista a una nueva calidad de cirujano, para adentrarse en una operación con pinzas.
    
En su discurso, el Presidente denunció la renuencia de la empresa minera a redefinir mediante el diálogo, el contenido del contrato, pues señaló que desde su asunción al Poder conformó un grupo de trabajo que intentó conseguir que la Barrick acepte una renegociación, y tras varias reuniones, esa posibilidad no asoma en el horizonte de las relaciones entre la empresa minera y los representantes del Estado Dominicano. La situación revela lo malo y lo grave que resulta negociar postergando el bien de la Nación, como al parecer ocurrió al suscribirse originalmente, el acuerdo con la empresa minera.
    
No dejó de llamar la atención a quienes escucharon el discurso presidencial, las observaciones hechas por el mandatario respecto del proceso de revaluación del precio mundial del oro entre el instante en que la Barrick adquirió las acciones de Placer Dome, cuando el oro se valoraba a razón de US$298.0 dólares la onza troy y subió a US$555.00. Con posterioridad, tan pronto la firma minera logró que autoridades dominicanas aceptasen lo que el Presidente llamó “una flexibilización fiscal”, el oro subió –“ese mismo día”, dijo el Presidente-, a US$732.0 dólares la onza troy.
   
Si bien a cualquiera que observe las coincidencias presentadas por el Presidente Medina se le revelan las inocultables relaciones entre las facilidades otorgadas a la Barrick y el aumento del valor mundial del oro, no por ello el Gobierno Dominicano puede ni debe partir de ligero amparado en la presunción de que tras las ignotas raíces de esos números subyace la figura del control de mercados, pues la globalización cobija más a las empresas multinacionales que a los gobiernos de países en buena medida, indefensos.
   
Si los negociadores dominicanos del contrato inicial no fueron total y absolutamente antidominicanos, en el contenido del mismo pueden encontrarse las pautas para conseguir que la Barrick retorne a la mesa del diálogo, como se sentó al procurar tan ventajosas condiciones como las que disfruta; si tales posibilidades no fueron contempladas, al Gobierno Dominicano no le queda otro remedio que alentar una campaña internacional de denuncia de cuanto se contempla como una injusticia. Porque en el caso no caben posiciones de fuerza ni a ellas debe recurrirse.

 DE NUEVO, CHÁVEZ

Este diario llega a la conclusión de que ciertamente, un amigo de la República Dominicana, el Presidente venezolano Hugo Chávez Frías, no está en las mejores condiciones de salud como para erguirse desde la cama en que se encuentra en un hospital militar en la capital de su país y mandar sobre sus conciudadanos con la energía y decisión con que lo hizo hasta tiempos recientes, cuando le fue diagnosticado el cáncer que lo ha postrado.
    
Y por nueva vez, LA INFORMACIÓN recuerda al Gobierno Dominicano que el por ciento del valor del barril de petróleo que no se paga cuando se importa, tendrá que ser pagado finalmente. Por consiguiente, ahora en que todavía vive, conviene que las autoridades dominicanas apuren la definición cabal de los mecanismos de pago con servicios y productos que son posibles dentro de la estructura de asistencia financiera que Chávez diseñó para los dominicanos y para otras naciones de las Antillas.  

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