miércoles, 16 de enero de 2013

Sobeida, una ‘champañera’ que quiere salir de la cárcel

POR LA REDACION.

Santo Domingo.-Sobeida Félix Morel vuelve hoy al tribunal en procura de una libertad condicional que se le ha puesto mucho más difícil de lo que pensaba cuando negoció con la Fiscalía del Distrito Nacional en 2010 dar informaciones a cambio de que el Ministerio Público, llegado este momento, no objetara su pedido.
Su vida ligada al crimen, conocedora de actividades de las actividades del narcotráfico a la que se dedicaba su amante José David Figueroa Agosto, ha estado caracterizada por altas y bajas.
 Se convirtió en una especie de “celebridad del crimen”, pues su escape, búsqueda y arresto fue manejado por muchos medios de masas como una crónica rosa.
Las bajas empezaron desde su niñez, cuando le tocó vivir con unos padres pobres, pero en materia económica empezó la subida cuando siendo aún una niña pasó a vivir con sus padrinos en Gaspar Hernández, Moca, donde conoció a quien fuera su esposo Eddy Brito. Allí empezó una vida de clase media semi-rural, que pasó a ser urbana cuando vino a Santo Domingo con Brito.
 Las ambiciones la hicieron deslumbrar, llegando al máximo cuando su esposo empezó a hacer negocios con José David Figueroa Agosto (entonces conocido como Cristian Almonte), quien utilizaba esas operaciones para lavar dinero.
Félix Morel se dejó deslumbrar, pese a tener dos hijos con Brito, de aquel boricua que conseguía dinero en dólares por sacos.
Fue así como empezó a meterse en el mundo delictivo de Figueroa Agosto. Se convirtió en su furtiva compañera sentimental, pero no era ella sola. 
Figueroa Agosto se metió en otro triángulo sentimental que aceleró la caída de su estructura de protección. Esta vez conquistó a Madeline Bernard, esposa del coronel José Amado González González, figura clave para mantener sus contactos en las estructuras sociales y militares del país.
Esa historia de sexo fue lo que empezó también a deteriorar una relación de “jet set” que desarrolló un grupo de mujeres que gastaban dinero por chorro y que en los centros de diversión más exclusivos eran llamadas “las champañeras”. Hacían grandes cuentas que se pagaban con dinero del narcotráfico y del lavado de activos y por eso al menos tres de ellas fueron condenadas (Sobeida, Leavy  Nin y Mery Peláez).
Arresto y huida
El mundo se le empezó a derrumbar cuando fue arrestada en un lujoso apartamento de la torre Alco Paradiso y le fueron decomisados 4.6 millones de dólares propiedad de Figueroa Agosto.
Félix Morel, en septiembre de 2009, fue detenida con 31 años (hoy tiene 35) y la primera medida de coerción fue prisión preventiva, sin embargo, una jueza se la varió para darle “presentación periódica”, la cual no cumplió porque desde que tuvo la primera oportunidad escapó del país hacia Puerto Rico para seguirle los pasos a su nuevo compañero sentimental.
En la vecina isla, Félix Morel se convirtió en la compañera de andanzas de Figueroa Agosto, quien desde allá manejaba sus hilos y desató una cacería contra antiguos socios que provocó la muerte de al menos cinco personas ejecutadas por sicarios, incluyendo a su antiguo hombre de confianza, el coronel González y González.
 En Puerto Rico Sobeida siguió envuelta en el lujo, y se convirtió en visitante frecuente de las tiendas más exclusivas de la isla. Incluso, fue en una de éstas tiendas donde las cámaras de seguridad la vieron comprando costosos calzados y carteras.
En julio de 2010 Figueroa Agosto y Sobeida fueron capturados de manera espectacular. 
Ella fue traída al país para ser juzgada. Su llegada se convirtió en un espectáculo, pero finalmente negoció  con el Ministerio Público, se declaró culpable y fue condenada a cinco años, con opción de pedir su libertad condicional a la mitad de la pena.
Hoy está justo en ese punto: pidiendo su libertad condicional, pero ha encontrado un Ministerio Público que no luce muy dispuesto a cumplir con lo pactado.
Será hoy cuando Sobeida sabrá si el Juez interino  de   Ejecución de la Pena en San Cristóbal, Willis de Jesús Núñez Mejía,  le otorgará su libertad.

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