sábado, 26 de enero de 2013
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La República Dominicana celebra hoy el 200 aniversario del nacimiento del padre de la patria, Juan Pablo Duarte y Diez y en ocasión se realizan un conjunto de charlas, conferencias, coloquios, teatro y presentaciones artísticas.
Se recuerda que el gobierno designó mediante decreto una Comisión para el Bicentenario del patricio, que inicia formalmente las actividades oficiales este sábado 26 de enero.
Instituciones culturales, escolares, oficiales y hasta del sector salud realizaron actividades en honor al natalicio de Duarte, como es el caso de la Unión Médica, el Ateneo Amantes de la Luz, la Escuela Yaque, Venezuela, colegios y la gobernación de Santiago.
Los honores al padre de la Patria se han realizado en la capital con la presencia del Presidente Danilo Medina, pero también los síndicos de varios municipios se han unido a los actos de los 200 años de nacimiento del hombre más inmaculado de la Nación.
Muchos sectores se han manifestado en ocasión de la celebración, como es el caso, de el director del Archivo Histórico de Santiago, licenciado Robert Espinal, quien entiende necesario inculcar en las presentes y futuras generaciones de estudiantes el pensamiento del patricio, Juan Pablo Duarte, porque la esencia de su proyecto de Nación, no ha sido aplicado.
Cree que el trato dado a Duarte por los dominicanos es muy tímido, que no debiera ser, por su entrega a la causa nacional.
Puso como ejemplo, el valor y tratamiento que dan los cubanos a Martí, los venezolanos a Bolívar y otras naciones a sus padres de la patria, es diferente, a como ocurre aquí.
Aseguró que el legado del pensamiento de libertad y constitucionalista de Juan Pablo Duarte debe promoverse entre las presentes y futuras generaciones de dominicanos.
Mientras que para la Iglesia católica, este es el momento de hacer presente los principios vividos y proclamados por Duarte.
Declaró, asimismo Camino el periódico católico en la edición que circulara esta semana “es la hora de acercarnos a sus ideas para hacerlas realidad en cada acción de nuestra vida”.
Dijo esperar que al llegar al final de la celebración de esta fecha tan significativa para cada dominicano, como es el bicentenario del natalicio del Padre de la Patria, “podamos exhibir logros tangibles en bien de una República Dominicana que en estos momentos gime de dolor frente a tanta deslealtad ante el fundador de la Patria”.
Vida y obra de Duarte
Juan Pablo Duarte y Diez nació en Santo Domingo el 26 de enero de 1813, durante el período conocido como el de la "España Boba". Sus padres fueron Juan José Duarte, oriundo de Vejer de la Frontera en la provincia española de Cádiz, y Manuela Diez Jiménez, oriunda de El Seibo, hija a su vez de padre español y madre dominicana.
Luego de que las tropas del haitiano Toussaint L'Ouverture llegaron al país en 1801, tomando posesión de la ciudad de Santo Domingo, los Duarte salieron hacia Puerto Rico, residiendo en Mayagüez, Puerto Rico, donde ha debido nacer su hijo primogénito Vicente Celestino, pero hasta ahora no se ha encontrado constancia de ello. La familia regresó al país luego de terminada la guerra de la Reconquista en 1809, cuando el país volvió a ser colonia española.
Su padre trabajó tesonera y provechosamente en su negocio de efectos de marina y ferretería, único en su género en la ciudad de entonces, situado en la margen occidental del río Ozama, en la zona conocida con el nombre de La Atarazana. En esta época nacieron, además de Juan Pablo, dos de los cinco hijos llegados a mayores: Filomena y Rosa. Nacieron otros que murieron jóvenes: Francisca, Sandalia y Manuel.
El padre de Duarte murió en la. ciudad de Santo Domingo eI 25 de Noviembre del 1843, estando Duarte ausente del pais y su madre en Caracas en el 1858, durante el destierro que le impuso Santana, en unión de sus hijos.
Juan Pablo fue bautizado en la Iglesia de Santa Bárbara el 4 de febrero de 1813. Sus primeras enseñanzas las recibió de su madre y, más tarde, asistió a una pequeña escuela de párvulos dirigida por una profesora de apellido Montilla. De allí pasó a una escuela primaria para varones, donde desde muy temprano dio muestras de una gran inteligencia. Fue admitido más tarde en la escuela de don Manuel Aybar, completando sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental.
Siendo casi un niño recibió clases sobre teneduría de libros para pasar, ya adolescente bajo la tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, uno de los más sabios profesores de entonces. Con él estudió Filosofía y Derecho Romano, mostrando, una vez más, su gran deseo de superación y de amor por los estudios.
En 1828 o en 1829, con apenas quince años de edad, y acompañado del señor Pablo Pujols, comerciante ligado a su familia, sale vía Estados Unidos, Inglaterra, y Francia rumbo a España, radicándose en Barcelona, donde tenía parientes. Poco se conoce de Duarte durante su permanencia en España.
Para 1831 ó 1832 aparece de nuevo en Santo Domingo y trabaja en el negocio de su padre. Realiza una intensa vida social que le liga a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana. Es testigo de matrimonios, apadrina bautizos y asiste a reuniones de carácter cultural.
Esa vivencia de la sociedad es la que le permite percibir que existe un sentimiento patriótico que rechaza la presencia de los haitianos en el país. El mérito de Duarte, como patriota y como político organizador estriba, fundamentalmente, en que supo interpretar el momento histórico que vivía la sociedad dominicana de aquel entonces, renuente en sus capas más decisivas a aceptar la dominación haitiana. Para ese momento el gobierno de Boyer había envejecido y de un gobierno liberal y progresista, pasó a ser una dictadura con graves problemas económicos y resistencia interna en su territorio original.
Duarte tenía antes de la independencia un definido concepto de la nación dominicana y de sus integrantes. En su proyecto de constitución dice con claridad que la bandera dominicana puede cobijar a todas las razas, no excluye ni da predominio a ninguna. Su concepción de la República era la de un patriota, republicano, anticolonialista, liberal y progresista.
Cuando se inició en 1843 la revolución contra Boyer que repercutió en la parte oriental de la isla, Duarte encabeza el movimiento reformista en la ciudad de Santo Domingo. Juega un papel decisivo que lo llevó al liderato de los republicanos que luchaban por la independencia.
Las circunstancias lo obligaron, más tarde, junto a otros compañeros a abandonar el país. Pero al ausentarse del territorio nacional sus compañeros, encabezados por Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, llevaron a cabo las gestiones finales del movimiento. Redactaron el Manifiesto del 16 de enero de 1844 en el cual quedaron plasmados los principios republicanos y liberales que Duarte predicó durante años y ratificaron, en el cuerpo de ese documento, la firme voluntad de crear un Estado soberano.
Después del 27 de febrero regresó a su patria, y se incorporó a la Junta Central Gubernativa dominada por los sectores más conservadores que no tenían fe en la viabilidad de la República. Se inició un proceso de luchas internas que culminó con la expulsión del territorio nacional de los patriotas fundadores del Estado dominicano.
Ese Estado que nace a la vida pública, llevando en su seno oportunistas, conservadores y anexionistas en las más altas posiciones usurpadas a los iniciadores del movimiento separatista, que encarnaron siempre la vocación de sacrificio y el amor a la libertad de la mayoría del pueblo. Falleció en Caracas, Venezuela, el 15 de julio de 1876 a los 63 años de edad.
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