María Isabel Serrano Diná.
Si queremos una mejor ciudad debemos poner atención a la gestión de los espacios públicos; los peatones y conductores debemos exigir espacios urbanos de calidad, en los cuales sea saludable y agradable transitar, de igual manera tenemos la obligación de cuidarlos.
El estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinó que para atenuar la contaminación ambiental producida en la zona urbana se requiere disponer como mínimo de 10m2 de área verde por habitantes en la ciudad, Santiago de los Caballeros no alcanza los 2m2/habitante y este exiguo número no ostenta de espacios públicos de calidad.
Nuestros parques son jaulas de hierro y cemento, inseguros, insostenibles y convidados a la soledad en el olvido.
La impermeabilización de la superficie de los espacios públicos como parques, plazas, plazoletas, aceras, estacionamientos, calles y demás; constituye una de las problemáticas actuales de mayor preocupación, reduciendo la calidad de los espacios públicos, condicionando la vida de los ciudadanos. En adición a esta realidad notamos la contaminación ambiental generada por la basura, el humo de vehículos e industrias, en contraste a la falta de verde urbano que sirva de filtro para atenuar esta condición.
Una ciudad que carece de espacios públicos verdes, (VERDE sinónimo de vegetación, no de muros pintados de verde ó superficies impermeabilizadas por materiales simuladores), representa una ciudad gris, enferma y con reducidas perspectivas de buena salud integral. Individuos infelices e insatisfechos, malhumorados y violentos… algo en lo que nos estamos convirtiendo los santiagueros cuando transitamos la ciudad.
Otro estudio de la OMS indica que las ciudades con poca vegetación y pocos espacios verdes, que se proyecta en función del vehículo privado mas que el tránsito peatonal, la bicicleta y trasporte público, con un crecimiento desorganizado y mal planificado, constituye un peligro para la salud integral de sus individuos; por el contrario una ciudad con espacios públicos de calidad destinados a la recreación, el esparcimiento y la circulación adecuada, que invite sus ciudadanos a caminarla, cuidarla y respetarla, influye directamente en el buen estado anímico, físico y emocional de las personas.
A nuestros planificadores urbanos, encargados de gestionar y salvaguardar una ciudad sana y vivible, de forma integral a presente y futuro, se les ha olvidado considerar los seres vivos que interactúan en esta (Humano, Flora y Fauna), los cuales mantienen el equilibrio de los ecosistemas naturales y artificiales que conforman la ciudad.
Vamos a tomarnos el tiempo de mirar hacia atrás, ver lo que tenemos, lo que hemos construido, y analizar la proyección de nuestra ciudad, hacia dónde nos dirigimos… ¿qué modelo de ciudad queremos?, porque en la dirección que vamos no se contempla un futuro prometedor.
El estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinó que para atenuar la contaminación ambiental producida en la zona urbana se requiere disponer como mínimo de 10m2 de área verde por habitantes en la ciudad, Santiago de los Caballeros no alcanza los 2m2/habitante y este exiguo número no ostenta de espacios públicos de calidad.
Nuestros parques son jaulas de hierro y cemento, inseguros, insostenibles y convidados a la soledad en el olvido.
La impermeabilización de la superficie de los espacios públicos como parques, plazas, plazoletas, aceras, estacionamientos, calles y demás; constituye una de las problemáticas actuales de mayor preocupación, reduciendo la calidad de los espacios públicos, condicionando la vida de los ciudadanos. En adición a esta realidad notamos la contaminación ambiental generada por la basura, el humo de vehículos e industrias, en contraste a la falta de verde urbano que sirva de filtro para atenuar esta condición.
Una ciudad que carece de espacios públicos verdes, (VERDE sinónimo de vegetación, no de muros pintados de verde ó superficies impermeabilizadas por materiales simuladores), representa una ciudad gris, enferma y con reducidas perspectivas de buena salud integral. Individuos infelices e insatisfechos, malhumorados y violentos… algo en lo que nos estamos convirtiendo los santiagueros cuando transitamos la ciudad.
Otro estudio de la OMS indica que las ciudades con poca vegetación y pocos espacios verdes, que se proyecta en función del vehículo privado mas que el tránsito peatonal, la bicicleta y trasporte público, con un crecimiento desorganizado y mal planificado, constituye un peligro para la salud integral de sus individuos; por el contrario una ciudad con espacios públicos de calidad destinados a la recreación, el esparcimiento y la circulación adecuada, que invite sus ciudadanos a caminarla, cuidarla y respetarla, influye directamente en el buen estado anímico, físico y emocional de las personas.
A nuestros planificadores urbanos, encargados de gestionar y salvaguardar una ciudad sana y vivible, de forma integral a presente y futuro, se les ha olvidado considerar los seres vivos que interactúan en esta (Humano, Flora y Fauna), los cuales mantienen el equilibrio de los ecosistemas naturales y artificiales que conforman la ciudad.
Vamos a tomarnos el tiempo de mirar hacia atrás, ver lo que tenemos, lo que hemos construido, y analizar la proyección de nuestra ciudad, hacia dónde nos dirigimos… ¿qué modelo de ciudad queremos?, porque en la dirección que vamos no se contempla un futuro prometedor.
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